Una de las claves del éxito de Apple radica en el cuidado meticuloso de su marca, algo que Steve Jobs, cofundador de la compañía, supervisó personalmente.
Jobs estaba dispuesto a llegar a extremos para proteger la reputación de Apple. Sentía desagrado hacia la franquicia cinematográfica de los Transformers. Aunque nunca explicó las razones detrás de su aversión, simplemente no era capaz de ver ninguna de esas películas.
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El director de Transformers, Michael Bay, tuvo la idea de incluir los iPods en una de sus películas sobre los famosos robots. Cuando Jobs se enteró de esto, se puso en contacto directamente con Bay.
Según recuerdan fuentes cercanas al suceso, “el responsable de Apple estaba enfadado y al mismo tiempo aterrorizado: como no soportaba la franquicia, porque la consideraba una pérdida de tiempo y dinero, no quería que Apple se asociara con ella”.
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Aunque no se conocen más detalles de su conversación, Jobs dejó en claro que no había ninguna posibilidad de que los iPods, ni ningún otro producto de Apple, aparecieran en la película de Transformers.
Esta llamada y exigencia tomó a Bay por sorpresa, pero aceptó el pedido de Jobs. Como resultado, Nokia se asoció con la franquicia y sus productos fueron los que se utilizaron en algunas películas de la saga en esa época.
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