¿Puede una IA ser más inteligente que un humano? Este es el test que podría responder esta pregunta

Se trata de una prueba creada en 1950 por Alan Turing, el pionero de la informática. Fue diseñada para ser el experimento definitivo sobre si una computadora ha alcanzado o no un comportamiento inteligente similar al de las personas. Años después, luego de acuñarse el término de ‘inteligencia artificial”, la prueba fue adaptada a las máquinas inteligentes que se iban creando.

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Cesár Beltrán, encargado del laboratorio de Inteligencia Artificial en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), señala que este test “es como una prueba IQ pero para las máquinas”. Según explica Beltrán, esta tecnología tiene como objetivo recrear el funcionamiento del cerebro de una persona. Por ello, la inteligencia humana sería “la meta a alcanzar” de una IA.

¿En qué consiste el Test de Turing?

Lo más probable es que las personas que conocen a mayor profundidad el tema de la Inteligencia Artificial también tengan noción de cómo se elabora un Test de Turing.

La prueba se lleva a cabo como un juego de imitación. A un lado de la pantalla de una computadora se sienta una persona, quien se encargará de conversar con varios ‘sujetos’ simultáneamente. La mayoría de esos serán humanos y uno de ellos será un chatbot, el cual tendrá como objetivo engañar a la persona haciéndose pasar por otro humano más.

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Si la computadora —en específico, la IA— logra engañar al interrogador y lo convence de que sus respuestas han sido generadas por otra persona, pasa el Test de Turing.

¿Hay alguna IA más inteligente que los humanos?

Hasta la fecha, han habido muchas IA que lograron pasar este test sin ningún problema. ¿Esto significa que las máquinas son más inteligentes que los humanos? No necesariamente.

En 1966, un chatbot llamado ELIZA fue una de las primeras computadoras que logró vencer a algunos humanos en la prueba, al hacerse pasar como una ‘terapeuta’ y convencer a los ‘pacientes’ de que se comuniquen con ella. Sin embargo, en posteriores evaluaciones se determinó que no había mayores muestras que igualaran las capacidades humanas.

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Otro ejemplo más actual es la IA de Google, Google Assistant, la cual también pasó la prueba a través de llamadas de call center con las personas en el test. No obstante, nuevamente los resultados no fueron determinantes para demostrar la superioridad intelectual de la máquina.

“En sus inicios se determinó que bastaba que la computadora convenciera a un humano para darla como ‘ganadora’. Pero, ahora esta prueba se ha perfeccionado, ya no se trata solo de lograr engañar; sino que, al evaluar los resultados, se pueda determinar que hubo un ‘razonamiento’, dentro de lo que pueda procesar una computadora”, añade Beltrán.

Aunque suene como algo imposible que una computadora sea capaz de ‘razonar’, lo cierto es que aún se continúa utilizando esta prueba con la expectativa de crear una inteligencia superior.

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“Basta recordar décadas atrás cómo nos parecían increíbles los robots, las máquinas autónomas. Hoy ya no nos sorprende tanto, porque sabemos todo lo que han sido capaces de hacer. Pero, por el momento, el ser humano aún continúa llevando la batuta mientras sea capaz de pensar, de seguir razonando”, finaliza Beltrán.