¿Qué habrían pensado los incas al ver que una de sus más importantes construcciones arquitectónicas existe en el mundo virtual? Nunca lo sabremos. Pero nosotros sí podemos asombrarnos y sentirnos orgullosos de enterarnos de que la ciudadela de Machu Picchu tiene presencia en el metaverso desde 2010.
Si bien el metaverso se puso de moda a raíz de que Mark Zuckerberg cambió el nombre de su empresa Facebook a Meta, en 2021, y anunció sus esfuerzos en la construcción del metaverso, existen mundos de realidad virtual desde hace varios años. Uno de ellos es Second Life (SL), que –aunque ya no tiene la misma acogida que en los primeros años del 2000, cuando salió a la luz– aún cuenta con una buena cantidad de usuarios fieles.
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Esta es una plataforma virtual en 3D en la cual los usuarios se conectan a través un avatar que pueden personalizar a su gusto. ¿Qué se puede hacer en SL? Pues de todo un poco. La idea del metaverso es que sea un universo libre y con sus propias reglas, limitado únicamente por la imaginación de los desarrolladores.
En el caso de SL, se trata de un mundo bastante realista en el que hay construcciones, naturaleza y personas. Los avatares pueden volar para viajar a los diferentes espacios que existen y socializar, divertirse, asistir a eventos educativos o recreativos, entre muchas cosas más.
En junio de 2008, cinco años después de que SL se lanzó, la Universidad de San Martín de Porres (USMP) empezó a experimentar con los mundos virtuales en esta plataforma, con el proyecto que bautizado como Second USMP.
Uno de los negocios que floreció en SL fue el de los alquileres de tierras. Cualquier persona u organización podía alquilar un espacio para que se contruyan edificaciones. Muchas veces estos “terrenos virtuales” eran alquilados a universidades o empresas que querían tener presencia en el espacio virtual. La USMP consiguió un amplio terreno en donde se construyeron varios locales y se realizaban diferentes actividades, como charlas y conversatorios.
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Distintas facultades se unieron al proyecto. Por ejemplo, la facultad de Odontología construyó simulaciones de mandíbulas con las cuales los alumnos podían realizar sus prácticas. La facultad de Turismo, por otro lado, creo una agencia de viajes virtual en la que los estudiantes atendían a los visitantes.
“Allí edificamos nuestro primer local. Ahora, cualquiera esperaría darle un objetivo a esa construcción, entonces, lo que queríamos era que la universidad sea conocida en el mundo virtual por otras personas y universidades, y eso implica que la gente encuentre un atractivo para visitarnos. Y lo que hicimos fue construir una simulación de Machu Picchu”, señala a El Comercio Max Ugaz, director del proyecto.
De esa manera, entre los meses de junio, julio e inicio de agosto del 2010 se virtualizaron las famosas ruinas cusqueñas. La construcción se hizo con la mayor aproximación a escala, realismo y aporte de puntos emblemáticos como el Templo del Sol o el Intihuatana. Aunque no se llegó construir toda la ciudadela, el objetivo era que al recorrerla el visitante identifique el lugar, pueda pasear y reconocer los puntos más importantes
La ruta de visita incluía señalizaciones oficiales y también había un mapa del recorrido. En cada zona, además, era posible distinguir paneles con información bilingüe y verídica sobre ese lugar.
“Integramos al equipo dos constructores españoles que tenían experiencia, habían hecho el acueducto de Sevilla. Asimismo, además, sumamos profesores de distintas especialidades que ayudaron a construir Second USMP”, comenta Ugaz.
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El Proyecto de la universidad se mantuvo hasta el 2018, cuando finalmente la región que se había levantado tuvo que cerrar.
“Aprendimos muchísimo, logramos tener un equipo de investigadores metidos en el proyecto. Pero el problema es que no es sencillo porque necesitas poder asignar horas al personal, y eso es complicado en una universidad por el tema de presupuesto. Sin embargo, la investigación ha dejado una gran experiencia en cómo aprovechar el mundo virtual, incluso ha habido un par de tesis basadas en la experiencia que tuvimos”, explica el experto en mundos virtuales.
“Por otro lado, la universidad llegó a ser muy conocida en Second Life por otras casas de estudio. Constantemente venían profesores de otras universidades a conversar con nosotros sobre nuestra experiencia”, añade.
No obstante, pese a que el proyecto finalizó hace ya cinco años, la empresa desarrolladora de SL, Linden Lab, a petición de la USMP decidió mantener Machu Picchu como un legado arquitectónico representativo de nuestro país en su plataforma. Hoy, cualquier usuario pude visitar los restos de una de las maravillas arquitectónicas más importantes de la historia.