Hace un mes, El Comercio destacó las críticas y preocupaciones en torno a Worldcoin, el controvertido proyecto de Sam Altman, CEO de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT. La iniciativa de recolectar datos del iris a cambio de criptomonedas no solo generó polémica, sino también prohibiciones en varios países debido a inquietudes sobre la privacidad y la protección de datos biométricos.
España se convirtió en el primer país europeo en oponerse a este proyecto. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) decidió suspender la actividad de Worldcoin durante tres meses, citando una falta de claridad en el tratamiento de la información biométrica. También cuestionó si el consentimiento otorgado por aquellos que vendieron su iris fue adecuado. Es decir, si contaban con suficiente información para tomar esa decisión.
A pesar de estas prohibiciones y del descontento generado, Worldcoin ha continuado su expansión en Latinoamérica. A principios de mayo, llegó a Perú, provocando largas filas en diversos distritos de Lima, al igual que en otras naciones. La polémica no ha sido ajena, y medios locales como Latina Noticias confirmaron que uno de los problemas principales es el desconocimiento de la población sobre el proyecto.
En este contexto, El Comercio se comunicó con Martín Mazza, gerente para LATAM de Tools for Humanity, la empresa desarrolladora de WorldCoin. Conversamos sobre los aspectos clave del proyecto, cómo manejan los datos biométricos y qué medidas toman para garantizar la seguridad y privacidad de los usuarios.
- ¿Podría explicarnos qué es Worldcoin y qué servicios ofrece?
Worldcoin nace como un protocolo para prepararnos con herramientas para la era de la inteligencia artificial. Básicamente, se trata de una nueva herramienta que permite diferenciar humanos de bots en línea, algo que hoy es muy difícil en un entorno netamente digital.
Se compone de tres servicios principales: WorldID, una prueba de humanidad que preserva la privacidad; WorldCoin, una criptomoneda lanzada en julio de 2023 que permite acceder a finanzas digitales; y WorldApp, una aplicación donde se aloja el WorldID. Los usuarios pueden descargarla, crear una cuenta y verificar su WorldID.
- ¿A quiénes está dirigido este proyecto y cuál es el proceso para formar parte?
Esta es una herramienta para todos los humanos por justamente el simple hecho de ser humanos. Para acceder, se descarga la aplicación, se crea una cuenta sin necesidad de información personal identificable, y se obtiene un WorldID no verificado. Luego, se agenda una cita para visitar un ORB, un dispositivo que verifica la humanidad del usuario mediante un proceso biométrico.
Worldcoin no solicita información de identidad, solo verifica humanidad.
- Entonces, ¿qué información sí se le pide al usuario para hacer la verificación de humanidad?
La prueba de humanidad de WorldID se construye a través de una imagen del iris, porque el iris permite preservar la privacidad y el anonimato, y es inclusivo para todas las personas. El ORB, el dispositivo utilizado, toma una fotografía del iris, crea un código de iris como prueba de humanidad y elimina la imagen inmediatamente. Esto asegura que la información está bajo el control constante del usuario, sin almacenamiento de imágenes.
- ¿Qué datos sí almacenan y cómo los cuidan en términos de ciberseguridad?
El único dato que se almacena es el código de iris, que es la prueba de humanidad. Este código está totalmente anonimizado y la imagen del iris se elimina después de su uso. La privacidad y la seguridad son pilares fundamentales del protocolo, utilizando tecnologías como pruebas de cero conocimiento y sistemas de multipartición (SMPC), que dividen y almacenan el código en varias bases de datos para mayor seguridad. Auditar el proceso, como hizo Trail of Bits, ha verificado que las imágenes se eliminan y solo se conserva el código de iris.
- ¿Puede un usuario eliminar su código de iris si decide salir de la red de Worldcoin?
Sí, se puede eliminar el código de iris si el usuario o usuaria desea salirse de la red. Es un proceso muy sencillo desde la app, en dos o tres clics desde la parte de configuración. Las personas están en control de su información y de su código de iris. Tienen el control de esta credencial que preserva la privacidad y el anonimato.
Si uno pierde el teléfono o se compra un dispositivo nuevo, ya sea un iPhone o un Android, puede restaurar la cuenta usando una clave de seguridad y un respaldo en la nube de Google o Apple, dependiendo del dispositivo. De esta forma, incluso si se pierde el teléfono, se puede restaurar la cuenta.
- ¿Cómo está trabajando Worldcoin para respetar las normativas de privacidad y seguridad en Latinoamérica?
Trabajamos proactivamente para explicar a los reguladores las tecnologías que utilizamos y cómo el protocolo preserva la privacidad de los usuarios y procesa la información. En Perú, antes de lanzar el servicio el 6 de mayo, tuvimos reuniones con la Agencia Nacional de Protección de Datos. Este enfoque proactivo y transparente se aplica en todos los países de la región. Hay mucha información disponible de acceso público y dar acceso a esta información es parte de nuestra filosofía de trabajo en cada país donde está disponible el servicio.
- ¿Cuál es el estado actual de las operaciones de Worldcoin en España?
Mira, voluntariamente, Worldcoin suspendió los servicios de verificaciones en España hasta fin de año. Esto no descarta que se pueda reconsiderar, pero por ahora se pausaron los servicios de verificación en España. El servicio sigue disponible en Alemania, Estados Unidos, Japón y Singapur. Además, acabamos de lanzar el servicio en tres nuevos países en los últimos dos o tres meses, incluyendo Ecuador, Colombia y Perú en Latinoamérica. Seguramente el servicio se disponibilizará en más países, no solo en Latinoamérica, sino también en Europa, Asia y otras regiones.
- Si enfrentan dificultades en Europa para avanzar con el proyecto, ¿por qué considerar la expansión a Perú o Latinoamérica? Podría interpretarse como una decisión oportunista, ya que, la regulación aquí no está tan avanzada como en esa región
Este es un proyecto y una nueva herramienta disponible para todas las personas, indistintamente del origen de cada una. Esto implica que va a haber que buscar formas de disponibilizar el servicio en países desarrollados, como en países en vía de desarrollo. Y como te comentaba, el servicio de hecho está disponible en Estados Unidos, Japón, y Alemania. Hay que también adaptarse a las leyes de privacidad, protección de datos, financieras, etcétera, en cada país. Así que va a ser un proceso, pero yo lo veo natural, de una nueva tecnología, que en este caso es un servicio digital, pero requiere de una verificación física para obtener tu prueba de humanidad.
Disponibilizarla en todos los países del mundo es un desafío, y de a poco hay que ir trabajando en esa dirección. Pero te reitero, el compromiso es que esté disponible para todas las personas. De hecho, cuando comenzó el proyecto, en su estadio beta, se hicieron pruebas en países como Noruega. Hay una desinformación de que esto era un servicio disponible solo para algún país de África o Latinoamérica. Totalmente lo contrario, desde el primer día, el servicio estuvo disponible tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, y lo sigue estando hoy en día.
- ¿Cuál es el nivel de expansión de Worldcoin y cuáles son sus proyecciones?
Actualmente tenemos alrededor de 6 millones de personas verificadas y más de 12 millones que han descargado y utilizan la World App. El servicio está disponible en más de una decena de países, y nuestra hoja de ruta para la segunda mitad del año incluye expandirlo a aproximadamente 20 países más. Nuestro objetivo es acelerar la llegada de esta tecnología a más lugares del mundo, permitiendo que más personas accedan al servicio y se verifiquen si así lo desean. Estamos en una fase inicial, Worldcoin se lanzó hace menos de un año. Nuestro compromiso en Tools for Humanity es desarrollar y ampliar el acceso a este protocolo.