David Cuen
BBC Mundo
Cuando lo lanzamos, el iPhone 3G aún no salía al mercado, Android era una idea, Facebook tenía un año y medio de abrir sus puertas al público en general e Instagram, Whatsapp y Snapchat no existían.
Lo llamé ¿Un mundo feliz? en referencia a la traducción en español del famoso libro de Aldous Huxley, cuyo nombre en inglés es "A Brave New World".
Los signos de interrogación eran una forma de cuestionarnos si la tecnología nos estaba ayudando a tener un mundo feliz o si, por el contrario, nos estaba perjudicando.
En la novela de ciencia ficción de Huxley la sociedad ha alcanzado un alto nivel tecnológico y científico eliminando conceptos como la religión y la familia, en aras de la uniformidad y el avance tecnológico. Sólo las máquinas dan felicidad. Y, aunque la sociedad es estable, los seres humanos han perdido su individualidad.
Pero ¿es así el mundo? ¿Tenemos que ver a la tecnología como una cuestión de vaso medio lleno o medio vacío?
El gran éxito tecnológico no ha sido la aparición de coches voladores, la invención de una máquina del tiempo o la capacidad de teletransportarnos. Su logro ha sido su incorporación a nuestra vida cotidiana.
Internet es algo que hoy marca la diferencia en el mundo laboral, cultural e informativo. Por ello sus defensores argumentan que el acceso a la red debería ser considerado un derecho humano universal, como el agua.
Una gran parte de la población carga en sus manos, con una pequeña pantalla, la puerta de entrada a un mundo de información y la posibilidad de comunicarse instantáneamente con millones de personas en cualquier parte del mundo.
La tecnología ganó porque se adaptó a nuestras necesidades.
Hay una gran cantidad de ideas y semillas tecnológicas esperando germinar. Algunas serán efímeras y su culpa provendrá de copiar algo ya existente o de intentar una creación que no sea útil en nuestras actividades cotidianas.
Las exitosas se convertirán en algo invisible, en un verbo, en cosa de todos los días. Podrán crear olas iniciales, pero su éxito se medirá en la frecuencia con que las usemos, a veces sin darnos cuenta.
Algunas de las grandes ideas de nuestra época ya están en camino.
Hoy me toca decirle adiós a este espacio y agradecerles sus lecturas. Llegó el tiempo de encarar nuevos retos profesionales más allá de la BBC. Las noticias tecnológicas seguirán en BBC Mundo y los invito a que sigan leyéndolas en sus bits.
Mucho ha ocurrido en la esfera tecnológica desde el nacimiento de este blog hace 6 años y 9 meses.
La tecnología ha transformado nuestras vidas para siempre. Algunos de sus usos no han sido los mejores, pero no me cabe duda que la gran mayoría de su legado es positivo. Creo que llegó la hora de quitarle los signos de interrogación a ¿Un mundo feliz? y abrazar el futuro. Gracias por todo.