Era diciembre del 2013, Peter Higgs había recibido el Premio Nobel de Física y, como era habitual, se dispuso a dar un discurso que tituló Evading the Goldstone Theorem. Al iniciar, nos remontó a 1960, a la Universidad de Edimburgo, cuando tuvo un peculiar encargo para un evento.
“Mi deber principal era comprar y cuidar el suministro del vino que se serviría cada noche en la cena”, dijo el galardonado físico. Ese evento era la primera Escuela de Verano de Física de las Universidades Escocesas.
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Pero la anécdota no quedó allí: “Entre los estudiantes había cuatro que se quedaban despiertos hasta altas horas de la noche discutiendo sobre física teórica, y rara vez se levantaban a tiempo para la primera conferencia del día siguiente”, dijo Higgs.
Luego, uno de ellos le confesaría que sus discusiones nocturnas estuvieron matizadas por las botellas de vino que escondían. Debido a su inusual labor de supervisor no pudo participar de las charlas.
¿Por qué recordó esa función tan distante de su trabajo de físico?
Ese fue su primer año en la Universidad de Edimburgo, donde poco después sería nombrado como profesor de Física Matemática. En 1961 accedió a los artículos de Yoichiro Nambu y Jeffrey Goldstone sobre modelos de ruptura de simetría en la física de partículas. Recordó en su discurso que Goldstone utilizó campos escalares, con un potencial de “botella de vino” (otra vez el vino), y los siguientes años fueron de discusión entre teóricos en torno al teorema de Goldstone, hasta la intervención de Higgs.
“Fue en este punto que se produjo mi intervención. Leí el artículo de [Wally] Gilbert el 16 de julio de 1964 y me molestó porque implicaba que no había forma de evadir el teorema de Goldstone”, dijo. Entonces escribiría un artículo que fue aceptado por Physics Letters, y marcaría el comienzo de una nueva discusión.
La propuesta de Higgs ha sido conocida como el Mecanismo de Higgs, en el que se da solución al problema de cómo dar masa a las partículas y donde se debe considerar fundamentalmente dos términos: Campo de Higgs y Bosón de Higgs.
Peter Higgs nació el 29 de mayo de 1929, en Reino Unido. Se graduó con honores de primera clase en Física en el King's College de la Universidad de Londres en 1950. En 1954, obtuvo un doctorado con la tesis "Algunos problemas en la teoría de las vibraciones moleculares". De investigador principal, en 1960 se convirtió en catedrático en la Universidad de Edimburgo. Su carrera está marcada por innumerables premios, títulos honoríficos y nombramientos. Falleció a los 94 años, este 2024.
¿Por qué importa la “partícula de Dios”?
Primero, la llamada “partícula de Dios” es el nombre que recibe el bosón de Higgs, pero no es un nombre oficial. Se remonta al libro The God Particle: If the Universe Is the Answer, What Is the Question?, publicado en 1993 por el nobel de física, León M. Lederman, que hace referencia al tan buscado bosón que hasta ese entonces era teoría.
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¿Y qué lo hacía ser tan buscado?
Aquí es donde interviene el Centro Europeo para la Investigación Nuclear o Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales (CERN), hasta la fecha el laboratorio más importante del mundo.
En su página web, el CERN detalla que en la naturaleza cada partícula es una onda en un campo y, en el caso del bosón de Higgs, el campo fue lo primero.
“El campo de Higgs fue propuesto en 1964 como un nuevo tipo de campo que llena todo el Universo y da masa a todas las partículas elementales. El bosón de Higgs es una onda en ese campo. Su descubrimiento confirma la existencia del campo de Higgs”, indica.
En otras palabras, detectar ese bosón de Higgs es aproximarse a entender el origen de todo, o mejor dicho, de una dinámica. Explica el CERN que “cuanto más fuerte interactúa una partícula con el campo de Higgs, más pesada acaba siendo la partícula. Los fotones, por ejemplo, no interactúan con este campo y, por tanto, no tienen masa. Sin embargo, otras partículas elementales, incluidos electrones, quarks y bosones, interactúan y, por tanto, tienen diversas masas”.
Encontrar ese bosón no fue fácil. Pasaron cinco décadas hasta que en el 2012 el CERN dio con la partícula. “El bosón de Higgs no se puede “descubrir” encontrándolo en algún lugar, sino que debe crearse mediante una colisión de partículas. Una vez creado, se transforma (o “decae”) en otras partículas que pueden detectarse en detectores de partículas”, indica.
Esto explica la gran instalación del laboratorio. Tras un paciente análisis de los datos, se pudo detectar el bosón.
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Un premio con polémica
A los 84 años Higgs alcanzó la cumbre con el Premio Nobel de Física y se enteró por una vieja vecina. Así lo comentó a la prensa, una vez conocido su nombre. “Me felicitó por la noticia y yo le dije, ¿qué noticia?”, dijo el físico. Y es que, según detalló la agencia AFP en el 2013, el laureado científico no usaba celular, no tenía correo electrónico y no veía televisión.
Para ese entonces vivía en Edimburgo. Al regresar a su casa comenzó a leer los mensajes de felicitación que llegaba a su familia. “Hubo una celebración la noche pasada. Eso fue el comienzo y esta noche lo celebraré con mi familia con la ayuda de una o dos botellas de champagne”, comentó.
Pero la premiación de Higgs no estuvo ajena a la polémica. Por un lado, se recordaría el debate teórico generado en los años 60, pues Higgs no fue el único en plantear un mecanismo de partículas. Ese mismo año que Higgs publicaba su artículo, los científicos Robert Brout y François Englert llegaban a una solución similar. Luego, otros nombres aparecerían: Guralnik, Hagen y Kibble.
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En su discurso de premiación Higgs reconoció que no conocía el trabajo de Englert y Brout y, antes de publicar su artículo, agregó un pie de página. Vale señalar que en el 2013, junto a Higgs también fue premiado François Englert. Brout ya había fallecido.
Pero la polémica no se limitó a los diversos autores. Anders Barany, miembro de la Real Academia de Ciencias de Suecia y del jurado, indicó que el premio debió haber ido al CERN, que confirmó el descubrimiento. “Pienso que (la decisión) ha sido errónea”, indicó a la agencia AFP. “Pienso que estos investigadores experimentales han hecho un fantástico trabajo y debería ser recompensado”, agregó.
Y es que la vida de Higgs, aunque austera y sencilla, no ha estado ajena del debate. “Tomó algún tiempo para que el trabajo de Englert, Brout y el mío (y el de Guralnik, Hagen y Kibble, que publicaron un poco más tarde) ganara aceptación”, explicó al recibir el Premio Nobel de Física, como una especie de reconocimiento a su generación.