Chile, El Mercurio/GDA
MADRID. Internet pone al alcance de la mano herramientas muy simples que permiten fácilmente, y sin necesidad de conocimientos técnicos ni computadoras superpotentes, perpetrar ciberataques a gran escala, como demostró la operación Oil Tanker.
En este caso de ciberdelincuencia, recientemente destapada por la empresa de seguridad informática PandaLabs, los ataques iban orquestados contra empresas de transporte marítimo de gas y petróleo, para robar información una vez usurpadas las contraseñas de acceso a los computadores de sus empleados.
Según explicó a la agencia EFE Luis Corrons, director técnico de PandaLabs, la operación Oil Tanker supuso a cada una de las víctimas (brókers de compra-venta de crudo) un costo de entre 50.000 y 100.000 dólares, dado que adelantaban dinero por la adquisición de grandes cantidades de petróleo nigeriano de alta calidad que nunca recibían.
El responsable de PandaLabs, quien participó esta semana en una rueda de prensa para dar detalles de esta operación, ya controlada, insistió en que este caso pone de manifiesto que no se necesitan troyanos (softwares maliciosos) superavanzados para robar contraseñas y burlar a los sistemas de antivirus de los computadores.
Basta con usar equipos informáticos convencionales y recurrir a programas fácilmente accesibles en Internet para llegar con éxito a las víctimas a las que se quiere engañar, añadió.
La operación Oil Tanker supuso ataques a varias empresas europeas, cuyos nombres no han sido facilitados, de transporte marítimo de gas y petróleo de España, Bélgica, Alemania, Italia y Reino Unido.
En esta estafa, los delincuentes no utilizaban malware (código malicioso) como tal, sino herramientas legales y archivos sencillos, y por eso, ningún antivirus era capaz de detectar los ataques, que se llevaban perpetrando al menos desde hacía medio año con anterioridad a que se descubriera el caso, a principios del 2014.
Esta capacidad de esquivar los sistemas de seguridad de los computadores hizo que internamente el ataque haya sido denominado 'la amenaza fantasma', recordó el responsable de PandaLabs.