Teherán (EFE). Radicales y moderados en Irán vuelven a enfrentarse a cuenta de internet, esta vez por la decisión del Gobierno de Hasán Rohaní de autorizar la tecnología móvil 3G y 4G LTE, que los más conservadores consideran una amenaza a la moral islámica.
El anuncio hace una semana de la aprobación de la tercera y cuarta generación de móviles para las dos mayores compañías del país obligó, solo dos días después, al ministro de Comunicaciones y Tecnología de la Información, Mahmud Vaezí, a comparecer ante el Parlamento para dar explicaciones a los insatisfechos diputados. Además, siguió a severas críticas del gran ayatolá chií, Naser Makarem Shirazí, que advirtió que la alta velocidad en el móvil es "antiislámica" y "viola las normas morales y humanas".
El Ejecutivo no se ha echado para atrás y ayer el propio Rohaní afrontó la polémica en la televisión pública (IRINN) y reiteró que "hoy en día nos conectamos con el mundo de la ciencia por internet. Si una persona no tiene conocimiento de internet y no lo usa no se puede considerar ni profesor ni estudiante".
Hasta ahora la velocidad de navegación de las grandes compañías móviles iranís sirve apenas para descargar correos con lentitud y ver alguna web sin demasiados gráficos. Solo una pequeña compañía ofrecía ya 3G, Rightel, con pocos suscriptores, problemas de cobertura y sin servicio fuera de las grandes ciudades.
Con el nuevo ancho de banda los iraníes podrán descargar vídeos, transferir voz y relacionarse en las redes sociales, muchas de ellas,como Facebook o Twitter, vetadas en el país pero fácilmente accesibles con programas antifiltros (VPN, proxy).
"El internet que tengo ahora es lentísimo y no funciona nunca, hay que encontrar una solución", se queja a Efe Shahar, de 28 años, mientras otro joven se felicita por la medida que, asegura, "va a facilitar mucho" su trabajo como comercial.