(Foto: Reuters)
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Redacción EC

El presidente Donald Trump vetó el uso de los antivirus Kaspersky en las agencias gubernamentales de Estados Unidos. La decisión, que se tomó el pasado 12 de diciembre, se da en medio de un intenso debate en el que el gobierno estadounidense asegura que el Kremlin de Moscú utiliza los programas de Kaspersky para ejercer actividades de espionaje.

La prohibición de los productos de la compañía rusa se incluyó en la Ley de Autorización de Defensa Nacional 2018, un extenso proyecto de ley de defensa.

Donald Trump ha fortalecido su política de seguridad cibernética durante los últimos meses. (Foto: AFP)
Donald Trump ha fortalecido su política de seguridad cibernética durante los últimos meses. (Foto: AFP)

La senadora demócrata Jeanne Shaheen, quien lideró la iniciativa, aseguró en un comunicado que la empresa rusa representa un riesgo para la seguridad de EE.UU. y que esa ley debió implementarse desde hace rato.

“Considerando el grave riesgo que plantea Kaspersky Lab para nuestra seguridad nacional, es necesario que la directiva actual para eliminar el software de Kaspersky Lab de las computadoras del gobierno se amplíe y refuerce por ley”, aseguró Shaheen.
La senadora añadió que: “Esta ley estaba pendiente desde hace rato, y agradezco la urgencia de mis colegas bipartidistas en el Comité de Servicios Armados del Senado para eliminar esta amenaza de los sistemas gubernamentales. En el futuro, seguiré presionando para que se tomen medidas adicionales que fortalezcan la ciberseguridad de nuestra nación y protejan a nuestra democracia de la perjudicial interferencia extranjera”.

Por su parte, la firma de ciberseguridad rusa expresó su preocupación al respecto y manifestó que el gobierno estadounidense no estudió exhaustivamente las políticas federales de abastecimiento de TI.

“Kaspersky Lab continúa teniendo serias preocupaciones sobre la Sección 1634 de la Ley de Autorización de Defensa Nacional para el año fiscal 2018. Todo software, incluidos varios productos más ampliamente desplegados en redes gubernamentales que el software de Kaspersky Lab, pueden tener vulnerabilidades explotadas por algún ciberactor malintencionado”, dijo la empresa.

El gobierno estadounidense ha reforzado su tema de seguridad cibernética desde las filtraciones de correo electrónico durante la campaña electoral presidencial 2016.
De hecho, en mayo de este año, el presidente Donald Trump firmó una orden para exigirles a las agencias del gobierno modernizar sus sistemas en temas de ciberseguridad.

“El congreso destacó a Kaspersky Lab con base, únicamente, en la ubicación de su sede central (en Rusia), lo que ha ocasionado daños sustanciales e irreparables a la empresa y a los empleados en Estados Unidos”, señaló Kaspersky Lab en un comunicado.

El conflicto

La confrontación entre la firma rusa y Estados Unidos comenzó a mitad de este año. Como primera medida, el gobierno estadounidense decidió prohibir a organismos federales comprar programas informáticos de Kaspersky, debido a los supuestos vínculos de la empresa con los servicios de inteligencia rusos.

Para llegar a esta conclusión, desde Washington D.C. se basaron en una serie de correos que Eugene Kaspersky, directivo de la compañía, sostuvo en 2009 con algunos de sus colegas sobre un proyecto secreto, luego de una petición del Servicio Federal de Seguridad Ruso.

La iniciativa contemplaba la creación de un software capaz de proteger a sus clientes de ataques de denegación de servicio (causa que un servicio o recurso sea inaccesible a los usuarios legítimos).

Pero había más, pues según Bloomberg, el programa tenía opciones ocultas que permitían al gobierno ruso espiar a los ciberdelincuentes con ayuda de los operadores de telecomunicaciones.

La empresa rusa siempre ha negado esas acusaciones sosteniendo que “nunca han ayudado a ningún gobierno en acciones de ciberespionaje”.

Incluso, se contempló la posibilidad de que Eugene Kaspersky testificara ante el Congreso de Estados Unidos y proporcionara el código fuente de la empresa para una auditoría oficial.

Sin embargo, a principios de diciembre, Kaspersky, ante la negativa del Estados Unidos, cerró sus oficinas en Washington D.C., luego de que el gobierno estadounidense vetara en septiembre pasado el uso de su software.

“Estamos cerrando nuestra instalación en Arlington porque la oportunidad para la cual se abrió la oficina y contrató personal ya no es viable”, afirmó la empresa en su momento.

Luego de conocida la decisión del presidente Trump, la firma de seguridad informó que evaluará cualquier acción legal para proteger sus intereses.

“Estamos evaluando si alguna otra acción es apropiada para proteger sus intereses. Mientras tanto, la compañía continúa priorizando la protección de sus clientes frente a amenazas cibernéticas”, advirtió la firma rusa.

(GDA / El tiempo)

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