En 2013 el término binge-watching (atracón de series) fue candidato a palabra del año del Diccionario de Inglés Oxford.
Aunque no ganó (selfie se llevó la corona), dejó patente una tendencia cada vez más popular: la de ver múltiples episodios de un programa en una sola sesión.
Hoy millones de nosotros, yo incluido, consumimos regularmente nuestras series favoritas de esa manera.
La proliferación de servicios de streaming en los últimos años ha hecho que sea muy fácil.
Las investigaciones muestran que, como era de esperar, con los confinamientos por covid-19 el tiempo que les dedicamos a los atracones de series es cada vez mayor.
Pero ¿pueden estos volverse problemáticos o adictivos? Y si no te puedes separar de la pantalla, ¿qué puedes hacer?
Impacto en otros aspectos de la vida
No es la cantidad de episodios vistos lo que definen un atracón problemático —aunque la mayoría de los investigadores están de acuerdo en que son al menos dos seguidos—, ni las horas que se pasan frente al televisor o la computadora.
Al igual que con otros comportamientos adictivos, lo más importante es si los atracones tienen un impacto negativo en otros aspectos de la vida de la persona.
Durante todos estos años en los que he estudiado la adicción, he identificado seis componentes básicos comunes en los comportamientos adictivos.
Aplicados a los atracones de series son:
En mi opinión, cualquier persona que cumpla con estos seis componentes sería realmente adicta a los atracones.
Una persona que solo cumple con algunos de estos puede estar teniendo atracones problemáticos, pero bajo mi criterio no la clasificaría como adicta.
Como muchas otras adicciones conductuales, como la adicción al sexo, al trabajo o al ejercicio, la adicción a los atracones de series no está reconocida oficialmente en ningún manual psiquiátrico.
Tampoco tenemos estimaciones precisas de su prevalencia, pero hay cada vez más investigaciones al respecto.
Una mirada a la evidencia
En el último estudio sobre este tema, un equipo de investigación en Polonia llevó a cabo una encuesta entre 645 adultos jóvenes, todos los cuales reconocieron haber visto al menos dos episodios de un programa en una sola sesión.
Los expertos querían comprender algunos de los factores subyacentes a los atracones problemáticos.
Los autores (que basaron su definición de atracones problemáticos en parte en mi modelo de componentes de adicción) utilizaron un cuestionario que desarrollaron en un estudio anterior para evaluar los atracones problemáticos entre los participantes.
Las preguntas incluyeron: "¿Con qué frecuencia descuidas tus deberes por ver series?", "¿con qué frecuencia te sientes triste o irritado cuando no puedes ver la serie de televisión?" y "¿con qué frecuencia descuidas tu sueño para tener un atracón de series?".
Los participantes debían responder en función de una escala de seis puntos, desde uno (nunca) a seis (siempre).
Una puntuación por encima de cierto umbral se consideró indicativa de atracones problemáticos.
Utilizando una variedad de otras escalas, los investigadores encontraron que las dificultades para controlar los impulsos, la falta de premeditación (dificultades para planificar y evaluar las consecuencias de un comportamiento determinado), ver series para escapar y olvidarse de los problemas y hacerlo para evitar sentirse solo se encontraban entre los factores más importantes de atracones problemáticos.
Utilizando los mismos datos, los investigadores informaron en un estudio anterior que los atracones problemáticos tenían una asociación significativa con el síndrome de ansiedad y depresión.
Cuanto mayores eran los síntomas de ansiedad y depresión, más problemático era el atracón.
Otros estudios han hecho hallazgos similares.
Un estudio llevado a cabo entre adultos taiwaneses, por ejemplo, encontró que los atracones problemáticos estaban asociados con la depresión, la ansiedad en torno a la interacción social y la soledad.
Una indagación estadounidense encontró que el comportamiento estaba asociado con la depresión y la ansiedad por el apego.
La mayoría de los estudios relacionados, como uno de Portugal, también han demostrado que el escapismo es una motivación clave de los atracones problemáticos.
En términos de rasgos de la personalidad, la investigación ha demostrado que los atracones problemáticos parecen estar asociados con una baja concienciación (caracterizada por ser impulsiva, descuidada y desorganizada) y un alto neuroticismo o inestabilidad emocional (caracterizado por ser ansioso y propenso a las emociones negativas).
Vemos este tipo de asociaciones en conductas adictivas de manera más general.
Romper el hábito
Si quieres reducir la cantidad de episodios que ves durante una sesión, mi regla de oro parar después de un episodio.
Es realmente difícil, ya que a menudo los capítulos terminan con una escena de suspense.
También sugiero establecer límites diarios realistas. Para mí, son dos horas y media si tengo trabajo al día siguiente, o hasta cinco horas si no lo tengo.
Y comienza a ver una serie como una recompensa después de haber hecho todo lo necesario en términos de trabajo y obligaciones sociales.
Recuerda, la diferencia entre un entusiasmo saludable y una adicción es que el primero agrega valor a tu vida, mientras que el segundo se la quita.
Si sientes que los atracones de TV se están apoderando de tu vida, debes consultar a un psicólogo clínico. La mayoría de las adicciones son sintomáticas de otros problemas subyacentes.
* Mark Griffiths es director de la Unidad Internacional de Investigación de Juegos y profesor de adicción conductual de la Universidad de Nottingham Trent. Este artículo apareció originalmente en The Conversation. Puedes leer la versión en inglés aquí.