Julio Melgarejo Bardales

Con cada clic o tap que hacemos en Internet, un algoritmo aprende más de nosotros. No solo eso, sino que el tiempo que tardamos viendo un video o el responder los ‘test de personalidad’ que se suelen publicar en línea también son una fuente de información para las redes sociales. Sea de una manera u otra, el mundo virtual está lleno de datos.

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