Esta es la primera imagen real de un agujero negro en la  galaxia M87 y dejó sorprendido a toda la comunidad científica. (Foto: Astrophysical Journal Letters).
Esta es la primera imagen real de un agujero negro en la galaxia M87 y dejó sorprendido a toda la comunidad científica. (Foto: Astrophysical Journal Letters).
Tomás Unger Golsztyn

Por definición, un es un objeto tan denso que su gravedad no deja escapar ni la luz. En otras palabras, es imposible verlo. Sin embargo, por lo que sucede a su alrededor se puede comprobar su presencia. Hoy conocemos muchos agujeros negros y, al parecer, en el centro de cada galaxia hay uno. El del centro de la nuestra está en Sagitario.

Lo que nunca se ha visto es un evento que dé lugar a la formación de un . Se ha confirmado la fusión de dos agujeros negros y observado las ondas gravitacionales que esto originó. Ahora, en junio del año pasado, los astrónomos observaron una explosión muy potente, entre diez y cien veces más brillante que una supernova. Siguiendo el desarrollo de este incidente, que ocurrió en la constelación de Hércules, creen que puede dar origen a un agujero negro o al menos a una estrella de neutrones. 

—EL AT2018COW—
El número y las letras que le corresponden al fenómeno observado son la fecha, tipo y frecuencia del evento. La palabra ‘cow’ significa vaca en inglés, y los astrónomos han bautizado la explosión en Hércules como ‘Holly cow!’ (vaca sagrada), una interjección de admiración en inglés. 

El evento, que fue detectado primero como una supernova, en junio del 2018, alcanzó una espectacular luminosidad de 570 mil millones de veces la del Sol, la mayor jamás registrada. Detectado en el 2018 por el telescopio Haleakala de Hawái, es la primera vez que se podrá seguir de principio a fin una supernova, aunque tome varias generaciones.

Hace poco escribimos acá sobre el período Triásico, hace 200 millones de años, cuando los dinosaurios comenzaron a apoderarse del planeta. Fue entonces que se produjo la explosión de la supernova gigante llamada Vaca Sagrada. Desde entonces la luz de la explosión estuvo viajando hacia la Tierra, a donde llegó en junio del 2018. 

—LAS SUPERNOVAS—
Las supernovas son el colapso de una estrella que agota su combustible y no puede vencer la gravedad. Al colapsar se produce una explosión de gran luminosidad, más de un millón de veces mayor al Sol. Se calcula que cada 100 años se producen unas tres supernovas en cada galaxia.

En la Tierra hay registro de una, en el mapa del cielo más antiguo producido en la India hace unos 5.000 años. Otra en el año 185 de nuestra era que los astrónomos chinos registraron. La más brillante fue la del año 1006, descrita por observadores de Asia y Europa, cuyos restos dejaron la Nebulosa del Cangrejo. Las últimas supernovas visibles sin instrumentos son la de 1572, descrita por Tycho Brahe, y la de 1604, que desapareció en un año, descrita por Kepler.

Desde la llegada de los grandes telescopios y el descubrimiento de otras galaxias en la primera mitad del siglo XX, se comenzaron a observar supernovas fuera de la Vía Láctea. En 1931 los astrónomos Baade y Zwicky crearon el nombre de supernova y fueron los primeros en hacer una descripción diferenciándola de las novas o nuevas estrellas.un agujero negro”.

Con los telescopios actuales es difícil que una supernova en nuestra galaxia pase inadvertida, por lo que se cree que deberían detectarse por lo menos tres cada siglo. Mientras tanto, se están constantemente detectando supernovas en las miles de galaxias que observa el telescopio espacial.

—GRAN IMPORTANCIA—
Por el momento el evento AT2018cow ha sido calificado como una supernova excepcional y está siendo observado por un numero sin precedente de telescopios. En junio del año pasado 35 telescopios grandes estaban enfocados allí, incluido el telescopio espacial y el observatorio de rayos X de la Estación Espacial Internacional. Se ha observado en todas las frecuencias, desde los rayos gamma hasta las ondas de radio.

Se ha podido comprobar que el frente de la explosión, con 9.000 grados de temperatura, avanzó a 72 millones de km/h. Las ondas gravitacionales no pudieron ser detectadas porque el instrumento LIGO estaba fuera de servicio en mantenimiento. En cambio, en las diferentes frecuencias, desde las ondas gamma hasta las de radio, se han podido seguir las emisiones. 

Además de ser el evento más luminoso jamás observado, este presenta la posibilidad de seguir con todos los instrumentos que hoy tenemos a disposición el desarrollo del colapso de una estrella. Los astrónomos están de acuerdo en que este evento deberá dejar eventualmente un agujero negro o una estrella de neutrones. 

Por su análisis espectroscópico resulta muy inusual, ya que no presenta líneas de hidrógeno ni de helio. Según los astrofísicos, esa sería la huella de la explosión de una estrella muy grande que ha expulsado sus capas exteriores. Los observadores del telescopio Chandra, en el Himalaya, opinan que si bien el fenómeno puede ser una supernova gigante, eso aún no está demostrado. 

Los restos de la explosión están dando señales de alta energía y, según los observadores, si no se trata de un agujero negro que está devorando todo a su alrededor, es una estrella de neutrones que está girando a gran velocidad emitiendo radiación de onda muy corta, a la vez que señales de radio.

—EL FUTURO—
La parte más interesante del fenómeno Vaca Sagrada es la posibilidad que abre al futuro de la observación. Es la primera vez en la historia de la astronomía moderna que se presenta la oportunidad de observar desde el inicio un fenómeno de esta naturaleza. Pasados los primeros eventos espectaculares que afortunadamente fueron captados por los telescopios que los siguieron, el proceso continúa.

Así como las supernovas de Kepler y Tycho dejaron su huella, el AT2018cow probablemente seguirá un proceso similar. El proceso tomará varias generaciones de astrónomos, para seguir los pasos y poder determinar qué es lo que quedará finalmente de la espectacular explosión que tuvimos la suerte de captar a principios del siglo XXI.

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