Nuevos restos fósiles de una criatura de transición entre los peces y los animales con patas, que vivió hace 375 millones de años, iluminan hoy un capítulo clave de la evolución de los seres vivos. La especie, bautizada Tiktaalik roseae, fue calificada de “eslabón perdido” por sus descubridores en 2006 y utilizada para humillar a los creacionistas, que sostienen que la evolución no existe ya que los animales fueron creados tal cual por Dios y, por lo tanto, no hay fósiles transicionales. Ahora, los nuevos restos sugieren que las patas traseras de los tetrápodos (los animales con cuatro extremidades) nacieron a partir de aletas traseras ya mejoradas de los peces y no cuando los vertebrados ya estaban en tierra firme.
“Las teorías anteriores, basadas en los mejores datos disponibles, proponen que hubo un cambio en la locomoción desde la tracción delantera de los peces a la tracción en las cuatro ruedas en los tetrápodos”, resume en un comunicado el biólogo Neil Shubin, de la Universidad de Chicago. “Pero parece que este cambio comenzó en realidad en los peces, no en los animales con extremidades”.
El Tiktaalik, cuyos restos fueron hallados en el norte de Canadá, era un pez de aletas lobuladas con una gran cabeza plana y dientes afilados. Llegaba a medir poco menos de tres metros. Los investigadores lo comparan con un cruce entre un pez y un cocodrilo, ya que cazaba en ambientes de agua dulce poco profundos. Tenía, según destacan en su comunicado, agallas, escamas y aletas, pero también características típicas de los tetrápodos, como un cuello móvil, una caja torácica robusta y pulmones primitivos. Sus grandes aletas delanteras poseían hombros, codos y muñecas parciales.
Hasta la fecha, sólo se habían analizado restos de la parte delantera del Tiktaalik. Hoy, un equipo de científicos capitaneado por Shubin publica en la revista PNAS un estudio de su pelvis y de restos parciales de una aleta pélvica. Según este trabajo, el pez poseía crestas en la cadera para la inserción de potentes músculos para mover las aletas. Y sus aletas traseras eran tan largas como las delanteras.
“Es razonable suponer que, con esos grandes radios de la aleta, Tiktaalik utilizaba sus aletas traseras para nadar, como un remo. Pero es posible que también pudiera caminar con ellas. Los peces pulmonados africanos actuales tienen similares pelvis de gran tamaño y en 2011 mostramos que caminan bajo el agua, en el fondo”, señala Shubin.