Equipado con tecnología láser, la misión Aeolus proveerá a los científicos datos que no se han podido obtener a partir de globos aerostáticos, estaciones en tierra o aviones, sobre el comportamiento de los vientos en áreas remotas, como en océanos.
Esta información es crucial para anticipar patrones climáticos de la Tierra y sus alteraciones, especialmente las condiciones que producen fenómenos extremos.
Con Aeolus se medirá, por primera vez, la velocidad de los vientos a 30 kilómetros de altura.
La mayoría de las mediciones actuales son puntuales mientras que, con el nuevo sistema, se puede llegar a determinar el movimiento y la velocidad de los vientos en toda la Tierra.
Paolo Ferri, jefe de operaciones de la misión en la Agencia Espacial Europea manifestó que "los pronósticos, por supuesto, todavía son limitados, pero entonces ciertamente podremos entender mejor los procesos que dan paso a fenómenos climáticos extremos".
Distintos científicos anticipan que el calentamiento global generará olas de calor, lluvias y tormentas, cada vez más frecuentes e intensas, lo que generaría daños por miles de millones de euros y costará miles de vidas humanas cada año.
La misión Aeolus permitirá a los expertos alertar, con anticipación, a la población cuando los huracanes se dirigen hacia sus territorios y calcular la aparición de fenómenos climáticos como El Niño, que puede puede afectar fuertemente la agricultura, ocasiones incendios o provocar inundaciones.
El satélite, que permitirá una mejor predicción de las tendencias climáticas, estará equipado con un Instrumento Láser de Medición Atmosférica, el cual integra un enorme telescopio y un sensor altamente sensible para sondear la atmósfera.
Aeolus, el cual fue nombrada en honor al dios de los vientos en la mitología griega, fue lanzado el pasado miércoles desde una estación en Kourou, en la Guayana Francesa, luego de haber sido aplazado un día por los fuertes vientos.
La idea a medio plazo es crear todo un sistema, con varios satélites similares, para subsanar los vacíos que actualmente existen en la medición de la velocidad de los vientos.
La misión estuvo preparándose durante 15 años en los que hubo que superar diversas dificultades técnicas y ha tenido un costo superior a los 300 millones de euros (346 millones de dólares).
Los científicos esperan que la misión se mantenga operativa por un periodo de entre tres y cuatro años. Además, que entregue la primera serie de datos a principios del 2019.
Fuente: Emol - GDA / Agencias