El asteroide que borro de la faz de la tierra a los grandes dinosaurios tuvo efectos catastróficos en el planeta. Sin embargo, benefició a varias especies y le dio forma a la tierra que conocemos ahora.
El impacto del asteroide fue mil millones de veces más potente que la bomba atómica en Hiroshima. Asimismo, provocó una serie de desastres naturales como terremotos y tsunamis, sin olvidar que marcó el inicio de un invierno interminable.
Pero no todo fue destrucción. Según un estudio publicado en la revista 'Public Library of Science', este acontecimiento ayudó a formar la vegetación como la conocemos ahora. Este acontecimiento permitió que las plantas caducas (cambian de hojas por estación) prevalezcan sobre las de hoja perenne (se mantienen con las mismas hojas durante un periodo largo), que predominaban en esa época.
"Ante un evento catastrófico como el impacto de un asteroide, todas las especies tenían la misma probabilidad de morir, y la supervivencia del más apto no se aplica en estas circunstancias", señaló Benjamin Blonder, de la Universidad de Arizona.
Para el especialista, el asteroide inició un nuevo comienzo para las especies de fauna y flora que existían en ese momento. "Nuestra hipótesis es que algunas especies tienen propiedades que les permiten sobrevivir", agregó.
"Las plantas de hoja caduca tienen un rápido crecimiento y pierden su follaje durante una parte del año. Por su parte, las plantas de hoja perenne, como el acebo, tienden a tener un follaje más complejo en su composición haciéndolas robustas y duraderas. No obstante, el follaje de las plantas de hoja caduca son de corta duración y de una constitución más simple, pero fácil de reemplazar, lo que les ayudó a sobrevivir al fatal invierno surgido tras el impacto del asteroide", comenta el especialista.