La radioterapia es una de las herramientas principales en los tratamientos contra el cáncer. Básicamente, son rayos X generados por un acelerador lineal. Estos rayos destruyen el ADN de los tumores, matándolos. Por su efecto terapéutico, la radioterapia se aplica en dosis y fracciones distintas, según el tipo de tumor.
Pero la investigación y la tecnología avanzan, y ya está disponible en nuestro país la radiación estereotáctica del cuerpo (SBRT, por sus siglas en inglés). Se trata de una radioterapia que administra dosis más altas, lo que permite un tratamiento más corto, con mucha mayor efectividad y que se puede usar en tumores de difícil acceso.
“Es una terapia en la que se requiere una precisión muy alta, porque si se aplica radiación donde no se debe se puede generar una toxicidad severa”, explica a El Comercio Milagros Rodríguez, radiooncóloga de la clínica Ricardo Palma, donde ya utilizan esta nueva tecnología.
“Lo interesante es que se genera un efecto que antes no teníamos: el efecto inmunológico. Al recibir dosis altas por fracción, se liberan mecanismos de la propia inmunidad del cuerpo, se activan las alarmas y hacen que nuestros policías moleculares identifiquen las células cancerosas –algo que antes no podían hacer– y las ataquen”, explica a este Diario Gustavo Sarria, subjefe institucional del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), que también usa este nuevo tipo de terapia contra el cáncer.
—MAYOR ALCANCE—
La precisión tiene un gran papel y allí aparece la tecnología. “Hacemos una tomografía 4D que nos permite tener en video un registro de todos los movimientos del paciente cuando respira. Esa secuencia se integra al software de planificación. Si no tuviéramos en cuenta estos movimientos inevitables, se irradiarían tejidos sanos perjudicando al paciente”, indica Rodríguez.
El software procesa la información y simula de la manera más real posible el tratamiento que se va a administrar al paciente. Con esos datos los especialistas delimitan el rango de movimiento de la lesión. “Así reducimos al máximo la posibilidad de que tejido sano reciba la radiación”, aclara la experta.
Esta nueva terapia permite llegar a donde antes no se podía. “El hígado es muy sensible a la radiación y los tumores allí alojados no podrían tratarse con la tecnología anterior. Es una alternativa tan potente o mayor que una cirugía radical en algunos casos”, recalca el radiólogo Sarria.
Pero la nueva terapia no es para todos. “No sirve en tumores muy grandes o difusos”, aclara el también presidente de la Sociedad de Radioterapia del Perú.
Más información
- Antes, la radioterapia usaba campos directos, atravesando la piel, tejidos subcutáneos, músculos. Todos con terminaciones nerviosas, capaces de detectar el calor y se generaban quemaduras o dolor muscular.
- Ahora, con el SBRT se modula la intensidad de la radiación para que esquive la piel u otros tejidos, intensificándola solo sobre donde se necesita.
- La radiación inflama las células buenas y destruye las malas. Actúa con mayor efectividad en las células que se reproducen con mayor rapidez, como las del cáncer, pero también lo son las de las mucosas, las del intestino, etc. Por eso se requiere precisión.