Cuando el cerebro nos engaña
Cuando el cerebro nos engaña

El no siempre logra procesar correctamente los estímulos sensoriales que son captados en el ambiente. Esto produce que percibamos situaciones de manera errónea.

Varias investigaciones científicas han analizado aquellos casos en los que el engaña a las personas, con la finalidad de determinar qué tan reales son y qué factores los ocasionan.

EL EFECTO DEL  VIAJE DE VUELTA

En 1969, el astronauta de la NASA Alan Bean viajó a la Luna a bordo del Apolo 12. Aunque el viaje de ida y vuelta duró lo mismo, Bean indicó que el retorno a la Tierra le había parecido más corto.

Esto no es un caso aislado. Gran parte de las personas en el mundo tienen la misma sensación cuando regresan a su hogar luego de vacaciones. Y es que se trata de un fenómeno psicológico llamado efecto del viaje de vuelta.

De acuerdo a un estudio publicado en la revista “Psychonomic Bulletin and Review”, esta sensación se produce debido a las expectativas que uno se hace.

“La gente a menudo subestima cuánto tiempo tarda el viaje de ida y por eso uno siente que fue más largo de lo que esperaba”, dice el psicólogo Niels van de Ven, uno de los autores del estudio, citado por el portal Eurekalert.

“Sobre la base de ese sentimiento, la persona espera que el viaje de regreso sea mucho más largo, y luego resulta que era más corto de lo que se pensaba”, agrega. Es decir, cuando uno inicia un viaje tiene una actitud optimista que hace que resulte más largo de lo previsto. Al volver, el pesimismo hace pensar que el trayecto se prolongará mucho, pero en verdad no es así. Entonces, al regresar a casa uno se da cuenta de que duró menos de lo esperado y piensa que fue más corto que el de ida.

EL SÍNDROME DE LA VIBRACIÓN FANTASMA

Se estima que una persona observa su teléfono móvil unas 150 veces al día. Esto refleja la necesidad por estar siempre atento a las notificaciones. Sin embargo, esas ansias pueden traducirse en alucinaciones.

Según un estudio publicado en la revista “Cyberpsychology, Behavior and Social Networking”, la inseguridad en las relaciones interpersonales, que se manifiesta como ansiedad o apego, aumenta la probabilidad de que uno experimente el síndrome de la vibración fantasma o ‘ringxiety’, que no es más que sentir el celular vibrando cuando en realidad no lo hace.

Larry Rosen, profesor de Psicología de la Universidad Estatal de California, explica en su libro “iDisorder” que la constante convivencia con los celulares ha causado que el cerebro sea más sensible a los estímulos captados por la vibración de los dispositivos al notificar mensajes o llamadas. Por eso, estímulos leves reales –como el roce del celular con la pierna– pueden ser interpretados de manera errónea.

ABANDONAR EL CUERPO

Existen personas que afirman haber experimentado casos de desdoblamientos; es decir, cuando sienten que abandonan su cuerpo y pueden verse desde un punto de vista exterior. En este caso, es un tema más cerebral que espiritual.

En un estudio publicado en la revista “Nature”, el neurólogo Olaf Blanke describe cómo activó esta sensación en una paciente epiléptica de 43 años. Según el artículo, al estimular con electrodos una zona entre el lóbulo parietal y el temporal del cerebro, la paciente dijo tener la sensación de hundirse. Al aumentar la intensidad del estímulo eléctrico, experimentó que flotaba y que se veía a sí mismo desde arriba.

“La gente a menudo subestima cuánto tiempo tarda el viaje de ida y por eso uno siente que fue más largo de lo que esperaba”.

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