El programa espacial chino lanzó el TanSat, su primer satélite de control global de las emisiones de CO2, el principal gas causante del calentamiento global. Su finalidad es observar qué países cumplen o no con sus compromisos en la lucha contra el cambio climático.
El aparato, llamado TanSat y de 620 kilos de peso, fue lanzado a las 3:22 hora local (19:22 GMT) desde el Centro de Lanzamiento de Jiuquan, en el desierto de Gobi (noroeste del país), y orbita a 700 kilómetros de la Tierra, sincronizado con el Sol, informaron los responsables de la misión a través de la agencia oficial de noticias Xinhua.
China es el tercer país del mundo, después de EEUU y Japón, que dispondrá de este tipo de satélite, con el que la segunda economía mundial -mayor emisor de CO2 del mundo- busca "entender mejor el cambio climático y disponer de datos independientes" para la elaboración de políticas medioambientales, afirmó Xinhua.
El TanSat examinará los niveles planetarios de CO2 cada 16 días, con un margen de error inferior a cuatro partículas por millón, y será capaz de detectar variaciones atmosféricas mínimas, señaló Ying Zengshan, jefe del equipo de diseño del aparato en el instituto de investigación de satélites de la Academia China de Ciencias.
El nuevo satélite "da más voz a China en el cambio climático, la reducción de emisiones y en las negociaciones, con mayores argumentos en el comercio de éstas", destacó la agencia Xinhua.
El medio oficial recordó que el gigante asiático iniciará un mercado de emisiones nacional el próximo año, tras una fase experimental en algunas de sus provincias.
Hasta ahora, China medía sus datos de emisiones a través de estaciones en tierra, lo que según el experto Zhang Peng, también parte del equipo que desarrolló el TanSat, daba una información local y limitada, y que además no podía hacer mediciones sobre la situación en los océanos.
El satélite, desarrollado tras seis años de trabajo y capaz de autoajustarse en orientación y posición según las necesidades, será calibrado a través de seis estaciones de observación en la superficie terrestre.
Los responsables del proyecto esperan colaborar con Estados Unidos y Japón, los otros países que mantienen satélites de este tipo, para aumentar la base de datos mundial de emisiones y estudiar el fenómeno del cambio climático, en palabras de Li Jiahong, ingeniero jefe del Centro Nacional de Detección Remota.
China se ha comprometido a alcanzar su máximo nivel de emisiones de dióxido de carbono en 2030, e ir mejorando paulatinamente su eficiencia energética (es decir, seguir creciendo con un menor gasto de energía).
La segunda economía mundial ratificó junto a Estados Unidos el Acuerdo de París para la reducción del cambio climático el pasado mes de septiembre, durante la Cumbre del G20 en la ciudad oriental de Hangzhou, y esta convención entró en vigor el 4 de noviembre, con un centenar de países comprometidos a reducir sus emisiones.
La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha crecido en los últimos 150 años desde 280 a 400 partículas por millón, lo que ha contribuido a un aumento de 0,7 grados en las temperaturas globales durante el pasado siglo.
Fuente: EFE