A medida que las transacciones y compras por internet aumentan, también lo hacen las diferentes modalidades de estafas y ataques perpetrados por cibercriminales. Cada vez más, estos malhechores encuentran formas de aprovechar el desconocimiento de muchos usuarios sobre los temas de seguridad informática para engañarlos.
Por ello, con la finalidad de estar al tanto de los procedimientos más comunes que usan estos inescrupulosos y así tomar las medidas necesarias, mostramos los cinco tipos de ataques cibernéticos más utilizados en el año 2018, según el Laboratorio de Investigación de ESET.
1. Ataques de phishing
Si bien es en ataque que existe hace años las recientes campañas de propagación mostraron nuevas características.
Muchos de los sitios web de phishing ahora utilizan certificados de seguridad. Según el Antiphishing Working Group, durante el segundo trimestre de 2018, cerca del 35% de los ataques de phishing registrados se alojaron en sitios web con protocolo HTTPS, un importante incremento en comparación con el casi 5% de los casos de sitios falsificados con certificados SSL, reportados a finales de 2016.
Además se utilizan vías alternas de propagación al “tradicional” correo electrónico, como por ejemplo, las aplicaciones de mensajería; para alcanzar un mayor número de potenciales víctimas. Al mismo tiempo, estas campañas maliciosos también incluyen características de ataques homográficos, lo que añade más dificultades a los usuarios para la identificación de los sitios web apócrifos.
“Las prácticas de seguridad que solían ser recomendadas con relación al phising continúan siendo válidas, aunque ya no suficientes, debido a las nuevas características de los ataques de este tipo. Ahora no basta con verificar la URL, el candado de seguridad o el uso de HTTPS, convendría también revisar el nombre común del sitio en los certificados de seguridad, para compararlo con el dominio del sitio en cuestión.”, comenta Miguel Angel Mendoza, Especialista en seguridad informática de ESET Latinoamérica.
2. Criptojacking
Esta amenaza se comenzó a identificar en agosto de 2017 y tiene como principio el secuestro de la capacidad de procesamiento de un equipo ajeno para ganar dinero mediante la minería de criptomonedas. Una de las formas de infectar los dispositivos es a través de scripts que se ejecutan en el navegador de los usuarios, basta con que un usuario visite un sitio web que contenga el código para que su procesador sea utilizado para minar alguna criptodivisa. El criptojacking comenzó a tener una gran actividad hacia finales del año pasado, siendo la amenaza más detectada por la telemetría de ESET a nivel mundial entre diciembre de 2017 y junio de 2018.
En lo que va de 2018, en la región latinoamericana, casi la mitad de las detecciones de JS/CoinMiner se concentra en dos países: Perú (30,72%) y México (17,41%), seguidos por Ecuador (8,89%), Brasil (7,73%) y Argentina (7,08%).
3. Malware
Los códigos maliciosos continúan siendo una de las principales amenazas, al tiempo que también son utilizados para llevar a cabo ataques. De acuerdo con el ESET Security Report 2018, las infecciones por malware se presentan como la principal causa de incidentes de seguridad en las empresas latinoamericanas.
Los Laboratorios de Investigación de ESET reciben diariamente más de 300,000 muestras únicas de malware, observando que se desarrollan amenazas de este estilo para prácticamente todos los sistemas operativos utilizados de la actualidad. Por ejemplo, los laboratorios de ESET afirman que identifican mensualmente, en promedio, alrededor de 300 muestras de malware para Android. Además, comenzaron a aparecer muestras de malware especialmente diseñadas para afectar a los dispositivos de la denominada Internet de la Cosas; que luego de ser comprometidos son utilizados para llevar a cabo otros ataques.
4. Ciberextorsiones
Durante 2018 aparecieron diversas estafas vía correo electrónico enfocadas en engañar a los usuarios a partir de la supuesta obtención de información que los comprometía. En varias de estas campañas existía un dato específico, que hacía creer al usuario que podría no tratarse de un engaño.
Un ejemplo es la campaña en la que la contraseña de los usuarios era el asunto del mensaje, en un intento por demostrar que tenían sus datos personales y que la extorsión que detallaban en el texto del correo era real. Se estima que esta campaña en particular logró recaudar cerca de medio millón de dólares. Otro ejemplo de este tipo de estafas tenía la particularidad de que el correo electrónico llegaba al usuario desde su propia cuenta, lo que hacía suponer que el atacante tenía acceso a la cuenta de la potencial víctima.
5. Explotación de vulnerabilidades
Hacia finales de 2017, ESET destacaba que se trataba del año con el mayor número de vulnerabilidades reportadas (14,714), superando por mucho los registros de años anteriores, sin embargo, en lo que va de 2018 esta cifra ha sido superada. De acuerdo a CVE Details, a pesar de que aún no concluye el año, ya se han registrado más 15,300 vulnerabilidades.
En este contexto, la explotación de algunas vulnerabilidades también se encuentra al alza. Por poner un ejemplo, la detección de EternalBlue, un exploit utilizado durante la propagación de WannaCry, ha tenido aumentos. Si se comparan las detecciones de este exploit durante mayo de 2017 con las de julio de 2018 (periodo con mayor actividad), hubo un incremento de casi 600%, en donde diversas familias de ramsomware y otros tipos de malware intentan aprovecharse de las vulnerabilidades en los sistemas desactualizados.
“Es importante destacar la manera en la que evolucionan las amenazas informáticas y los diversos ataques que buscan comprometer los activos, por lo que, desde la perspectiva de seguridad, resulta indispensable el uso de la tecnología de protección, la aplicación de buenas prácticas y la tarea constante de estar informado sobre lo que acontece en el ámbito de la ciberseguridad.”, concluyó Mendoza.
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