Tomás Unger Golsztyn

La primera revolución agrícola empezó en Mesopotamia hace unos 11.000 años, marcando el final del período neolítico o Nueva Edad de Piedra. La humanidad empezó a reemplazar la caza y recolección de alimentos al descubrir la domesticación de plantas y animales. Este gran paso llevó a una mejor alimentación, mayor población y al desarrollo de asentamientos humanos, ciudades al lado de ríos donde era posible la cultura.