Uno de los pilares en salud pública es la vigilancia epidemiológica. Su objetivo es conocer el comportamiento de una enfermedad en la población, especialmente cuando esta tiene el potencial de diseminarse.
La vigilancia epidemiológica, además de descubrir los casos de la enfermedad, permite identificar las condiciones que facilitan la ocurrencia de esta, así como los síntomas más frecuentes del padecimiento. Es de dos tipos: la pasiva, en la que se espera que los centros de salud, hospitales y consultorios médicos notifiquen la presencia de la enfermedad. Y la activa, en la que los epidemiólogos hacen encuestas y estudios específicos en zonas geográficas o poblaciones especiales para examinar variaciones y patrones de ocurrencia de la enfermedad en cuestión.
—Vigilancia en el celular—
Una revolucionaria idea, lanzada al comienzo de la presente pandemia, por el King’s College de Londres y la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, desarrolló un nuevo concepto de vigilancia epidemiológica.
Una aplicación móvil para smartphones o tablet, llamada Covid Symptom Study –disponible también en español–, permite que las personas registren diariamente sus síntomas y, en caso de que se compruebe mediante una prueba que tienen el COVID-19, lo comunique al centro de datos.
He descargado la app a mi teléfono y soy el usuario 4′058.193. Es gratuita, anónima y sin fines comerciales. Solicita que cada día, usando la app, se reporte a la base de datos si aparece algún tipo de síntoma.
Lo ingenioso y útil de la app es que si alguien desarrolla síntomas sugestivos de COVID-19 y se hace la prueba (y resulta positiva), la herramienta ya tiene registrados y almacenados los síntomas previos a la aparición de la enfermedad de esa persona. Eso permite que esos síntomas, junto a los de miles de otros casos también positivos, puedan ser analizados y sistematizados, con lo que se descubren síntomas iniciales de la enfermedad, e incluso síntomas aún no reconocidos por los doctores.
Eso fue lo que sucedió cuando –gracias a la app– el 11 de mayo se publicó en “Nature” que la pérdida del olfato estuvo presente en el 65% de personas que tuvieron una prueba positiva, en comparación con el 21% de personas con una prueba negativa. Eso permitió, junto a datos de otras fuentes, que la pérdida de olfato fuera incluida en la lista de síntomas cardinales de la enfermedad.
—Grupos de síntomas—
Tener los datos sobre los síntomas de inicio del COVID-19 de miles de personas es muy valioso, pues ayuda a predecir cuál será el pronóstico de la enfermedad; es decir, si esta se va a complicar. Y eso es precisamente lo que se acaba de prepublicar: la clasificación de los síntomas de COVID-19 en seis grupos que permiten predecir quiénes se van a complicar y quiénes no.
1. Similar a la gripe, sin fiebre: dolor de cabeza, pérdida del olfato, dolores musculares, tos, dolor de garganta, dolor en el pecho, sin fiebre.
2. Similar a la gripe, con fiebre: dolor de cabeza, pérdida del olfato, tos, dolor de garganta, ronquera, fiebre, pérdida de apetito.
3. Síntomas gastrointestinales: dolor de cabeza, pérdida de olfato, pérdida de apetito, diarrea, dolor de garganta, dolor en el pecho, sin tos.
4. Nivel 1 severo, con fatiga: dolor de cabeza, pérdida del olfato, tos, fiebre, ronquera, dolor en el pecho.
5. Nivel severo 2, con confusión: dolor de cabeza, pérdida del olfato, pérdida de apetito, tos, fiebre, ronquera, dolor de garganta, dolor de pecho, fatiga, dolor muscular.
6. Nivel severo 3, con síntomas abdominales y respiratorios: dolor de cabeza, pérdida de olfato, pérdida de apetito, tos, fiebre, ronquera, dolor de garganta, dolor de pecho, fatiga, confusión, dolor muscular, falta de aliento, diarrea, dolor abdominal.
El análisis de los datos reveló que solo el 1,5% de las personas con síntomas del grupo 1; el 4,4% con los del grupo 2; y el 3,3% con los del grupo 3 necesitaron ayuda respiratoria. Para los grupos 4, 5 y 6, esas cifras fueron 8,6%, 9,9% y 19,8%, respectivamente. Además, casi el 50% de los pacientes del grupo 6 terminó en el hospital, en comparación con solo el 16% de los del grupo 1.
En general, las personas con síntomas de los grupos 4, 5 o 6 tendieron a ser mayores y más débiles, y tuvieron más probabilidades de presentar sobrepeso y afecciones preexistentes, como diabetes o enfermedad pulmonar, que aquellas con síntomas de los grupos 1, 2 o 3.
Lo más valioso fue que los investigadores desarrollaron un modelo que combinó los síntomas de los primeros cinco días de la enfermedad con información sobre edad, sexo, índice de masa corporal (IMC) y afecciones preexistentes de los pacientes. El modelo predijo en qué grupo de los seis se ubicaba el paciente y, por lo tanto, cuál era su riesgo de requerir hospitalización y soporte respiratorio.
Si se sabe que la mayoría de las personas que requieren asistencia respiratoria acuden al hospital unos 13 días después de sus primeros síntomas, los ocho días que se ganan usando el modelo dan tiempo para establecer medidas preventivas y de vigilancia a fin de que un paciente llegue más temprano a un centro de salud.
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¿Cuáles son los síntomas del nuevo coronavirus?
Entre los síntomas más comunes del COVID-19 están: fiebre, cansancio y tos seca, aunque en algunos pacientes se ha detectado dolor corporal, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta y diarrea. Estos malestares pueden ser leves o presentarse de forma gradual; sin embargo, existen casos en los que la gente se infecta, pero no desarrolla ningún síntoma, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, la entidad dio a conocer que el 80 % de personas que adquieren la enfermedad se recupera sin llevar un tratamiento especial, 1 de cada 6 casos desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar, la gente mayor y quienes padecen afecciones médicas subyacentes (hipertensión arterial, problemas cardíacos o diabetes) tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y que solo el 2 % de los que contrajeron el virus murieron.
¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?
Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardíacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.