Por Bruno Ortiz Bisso | Diego Suárez Bosleman
Desde Tacna y, en una conferencia de prensa, el expresidente Martín Vizcarra se sometió este jueves a una prueba rápida para mostrar que su organismo no contaba con anticuerpos contra el COVID-19. Con esto, el hoy candidato al Congreso buscaba desbaratar las acusaciones de que habría recibido la vacuna mientras era mandatario y reforzar que había participado como voluntario en el ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm y que le había tocado placebo.
Sin embargo, de acuerdo con especialistas consultados por El Comercio, este acto más que aclarar las cosas solo ayuda a confundir más a la población, pues para comprobar la eficacia de una vacuna no es suficiente una prueba serológica.
—Más que anticuerpos—
“El virus tiene varias partes. Las pruebas serológicas comerciales se basan en detectar anticuerpos contra algunas de estas partes. Para atacar en su totalidad a los virus, el organismo genera distintos tipos de anticuerpos”, recuerda Fernando Mejía, médico infectólogo e investigador de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UCPH).
Eduardo Verne, pediatra infectólogo del hospital Cayetano Heredia, explica que existen dos tipos de inmunidad: la celular y la humoral, las cuales intervienen cuando se recibe la vacuna. “En la humoral intervienen los anticuerpos, como el IgG y el IgM. El IgM es un anticuerpo de acción rápida –se produce inmediatamente ocurrida la infección–, mientras que el IgG otorga una protección a largo plazo, que se mantiene en el tiempo”.
En el caso de la inmunidad celular, Verne explica que aparecen células de defensa especializadas, como el linfocito CD4, que produce una sustancia llamada citoquina, que es una proteína que ayuda a proteger el organismo. “Los linfocitos CD4 y CD8 son las células que más nos defienden en general, por eso cuando una persona tiene VIH, sus células CD4 son destruidas y queda indefensa”, aclara.
“Además, hay un tema del tiempo. Inclusive con una infección natural, está en discusión cuánto dura la inmunidad, qué tiempo duran los IgG. Para confirmar la vacunación y la respuesta protectora hace falta un análisis de laboratorio, que incluya la inmunidad celular. Ese tipo de pruebas se suelen hacer en laboratorios de referencia internacionales”, aclara Julio Cachay, médico infectólogo de la clínica Ricardo Palma.
Verne pone de ejemplo el caso de hepatitis B en niños. “En el hospital, muchas veces lo que piden es detectar el antígeno –el elemento invasor– y no anticuerpos, para saber si alguien fue vacunado. No es tan simple como decir: ‘Me tomo una prueba rápida y con eso estoy seguro de que estoy protegido’. Puede haber niveles indetectables de anticuerpos y, sin embargo, proteger a la persona”, resalta.
—El verdadero peligro—
Más allá de saber si esa prueba rápida frente a la prensa es un elemento válido para la defensa de Vizcarra, lo importante es reconocer que se trata de una demostración muy peligrosa, pues puede ir en contra de la recién iniciada campaña de vacunación contra el COVID-19 o incluso ser utilizado por los antivacunas como justificación.
“Este acto solo está ayudando a llevar desinformación a la población, porque entre las personas que empezarán sus procesos de vacunación, si son seguidores de Vizcarra podrían hacerse un dosaje de anticuerpos. Si los resultados son negativos, van a decir: ‘Esta vacuna no sirve’, ‘no tiene la protección adecuada’, cuando estamos viendo que no es así”, reflexiona el infectólogo Mejía.
Además, si fuera tan sencillo confirmar la efectividad de una vacuna, los diversos ensayos clínicos estarían amenazados porque cualquier voluntario podría hacerse un dosaje, interpretar los resultados para saber si recibió placebo o vacuna, y empezar a modificar sus hábitos, generando información falsa para la investigación.
La cifra
- 51.935 es el número de peruanos que, al cierre de esta edición, han recibido la primera dosis de la vacuna, según el Ministerio de Salud.
Tipos de pruebas
1. Prueba molecular (RT-PCR y LAMP). Detecta el material genético del virus que causa el COVID-19 y confirma infección activa en el organismo. Se debe realizar, a través de hisopado nasofaríngeo, en los primeros siete días de infección o contacto a sintomáticos y asintomáticos.
2. Prueba de antígeno. Detecta ciertas proteínas del virus que causa el COVID-19 y confirma infección activa en donde no hay acceso a pruebas moleculares. Se realiza por hisopado nasofaríngeo y en los primeros siete días tras la exposición a pacientes sintomáticos.
3. Prueba serológica. Detecta la presencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, a través de la identificación de IgG e IgM. Se deben hacer después de 14 días a la exposición o contacto, y se suelen usar para estudios de seroprevalencia (población en contacto con el virus).
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