En una reciente entrevista con el Sistema Público de Radiodifusión de Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci, principal asesor médico del presidente Joe Biden y director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo que ese país ha salido de la fase pandémica del COVID-19.
Esas declaraciones causaron gran confusión, tanto en la comunidad científica como en el público general, pues se pensó por un momento que se había declarado el fin de la pandemia.
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Fases de la pandemia
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las pandemias tienen seis fases.
En la fase 1, todo está aparentemente normal, pues no se ha documentado que algún virus capaz de causar pandemia esté circulando entre los animales. En la fase 2, se documenta que un virus que estuvo circulando entre animales domésticos o salvajes ha causado ya una infección en seres humanos y se lo considera una posible amenaza pandémica.
En la fase 3, se documenta que un virus ha causado casos esporádicos o pequeños brotes en personas, pero no existen brotes comunitarios. La fase 4 tiene transmisión verificada de un virus de persona a persona y los brotes son sostenidos en el tiempo, lo cual indica un aumento significativo en el riesgo de una pandemia.
La fase 5 se caracteriza por la propagación del virus de persona a persona en al menos dos países en una región de la OMS, y su declaración es una fuerte señal de que una pandemia es inminente y que los países tienen que prepararse. Por último, en la fase 6, la fase pandémica, se presentan brotes comunitarios en un tercer país de una región de la OMS, y su designación indica que se está produciendo una pandemia mundial.
Esta última fase –la pandémica– se caracteriza por el aumento explosivo de casos, el colapso de los sistemas de salud que es incapaz de absorber los casos que se producen y por el alto número de muertes.
“El fin de la fase pandémica no asegura que no se produzcan oleadas adicionales [...] Los países deben estar preparados”.
En países con un sistema de vigilancia adecuado, el fin de la etapa pandémica llega cuando los niveles de infección caen por debajo de los niveles máximos observados, y se usan criterios basados en número de casos, de hospitalizaciones y muertes.
El hecho es que el fin de la fase pandémica no asegura que no se produzcan oleadas adicionales, por lo que los países deberán estar siempre preparados para un aumento de casos, hospitalizaciones y muertes. Las olas pandémicas pueden estar separadas por meses y una señal inmediata de tranquilidad puede ser engañosa.
Una cosa es, entonces, el final de la fase pandémica o fase 6 de una pandemia, y otra, el final de la pandemia en sí, y se entiende que, en ningún caso, el número de infecciones llegará a cero, pues el virus no desaparecerá y seguirá circulando en la comunidad, causando casos esporádicos o brotes pequeños, sin volver a la fase 5 o 6.
Momento de cautela
Ese es el punto que, según el doctor Fauci, ha sido alcanzado por Estados Unidos. Un punto en el que, a pesar de que todavía se presentan muchos casos, ese aumento no se refleja en el número de hospitalizaciones y muertes, las cuales siguen disminuyendo día a día.
Usando un lenguaje diferente, puede asumirse entonces que cuando hace algunas semanas el Ministerio de Salud (Minsa) anunció que el Perú había llegado al fin de la tercera ola, habría llegado también al final de la fase pandémica. Las cifras actuales de casos, hospitalizaciones y muertes lo demuestran.
Según los expertos, Estados Unidos –y pensamos que en cierto sentido también el Perú– ha llegado al final de la fase pandémica porque la gran mayoría de la población ha desarrollado inmunidad contra el COVID-19, ya sea por vacunas o enfermedad natural.
“A pesar de estar vacunadas, las poblaciones más vulnerables están aún en alto riesgo de sufrir complicaciones”.
En ese sentido, recientes datos de los CDC de EE.UU. informan que –después de la ola de infecciones por ómicron– casi el 60% de la población ha tenido ya la infección, incluido el 75% de los niños menores de 11 años, y por otro lado, casi 220 millones de personas (66% de la población) han sido completamente vacunados, número que incluye a 100 millones que recibieron su primera dosis de refuerzo. Si se combinan ambos tipos de inmunidad, la natural y la desarrollada por vacunas, se tiene la extraordinaria situación de que, de acuerdo con los CDC, el 95% de estadounidenses ha logrado desarrollar anticuerpos, ya sea por infección natural o por vacunas.
En ese sentido, el Perú tiene mejores cifras de vacunación que EE.UU., pues –tomando en cuenta la población total– el 79,7% de la población ha recibido dos dosis; y el 45,9%, una dosis de refuerzo, comparado con 65,5% y 29,9%, respectivamente, en el país del norte.
Con relación a la historia de infección previa, en diciembre del 2021, el Minsa informó que el 39,3% de la población de Lima y Callao ya tenía anticuerpos contra el SARS-CoV-2, y esa prevalencia es más alta en regiones del norte y oriente del país.
En resumen, es posible que, al igual que EE.UU., el Perú haya llegado al final de la fase 6 o pandémica, lo cual no significa que la pandemia –como evento global– haya desaparecido.
Recordemos que, a pesar de estar vacunadas, las poblaciones más vulnerables están aún en alto riesgo de sufrir complicaciones, por lo que es importante que se sigan protegiendo, evitando acudir a lugares cerrados y poco ventilados y usando mascarillas KN95 en caso de que tengan que asistir. Tampoco es momento de levantar todas las medidas de control de la pandemia, pues su futuro es aún incierto.