El Gobierno anunció que las personas mayores de 70 años e inmunosuprimidos podrán aplicarse una segunda dosis de refuerzo contra el coronavirus. Sin embargo, hay aún una brecha importante de personas que aún no tiene su tercera dosis, clave para hacerle frente a las variantes dominantes: Ómicron y Delta. Según el ministerio de Salud, pese a la disponibilidad de vacunas, solo un 43% de la población objetivo cuenta con la dosis de refuerzo.
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Los expertos indican que está tercera inoculación será clave para hacerle frente a una posible cuarta ola, ahora que los estudiantes volvieron a las aulas luego de dos años.
En algunos casos, de acuerdo con testimonios recogidos por este Diario, entre los motivos para no aplicarse la dosis de refuerzo está el temor a posibles efectos secundarios más fuertes. Además, algunas informaciones que circulan en Internet también aseguran que ciertas marcas de vacuna, como AstraZeneca, causarían efectos adversos potentes cuando son aplicados como refuerzo. ¿Es así?
“En realidad, no hay diferencia, no hay relación entre la tercera dosis y más efectos secundarios, son los mismos que con las primeras. Son percepciones de la población, muchas veces surgen por rumores”, le dice a El Comercio el epidemiólogo César Munayco, director de Vigilancia de la Salud Pública del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC Perú) del Ministerio de Salud (Minsa).
Si bien algunas personas pueden presentar mayores efectos secundarios que otras, no hay evidencia de que en todas presentarán efectos adversos más allá de los habituales. “La respuesta del organismo frente a la vacuna es individual, algunos presentan más efectos que otros. Pero la evidencia disponible no muestra diferencias significativas entre los efectos secundarios causados por las primeras dosis y el refuerzo. Están el dolor en el lugar de la aplicación, malestar, dolor de cabeza e incluso fiebre, pero estos se autolimitan”, dice Munayco.
Consultado sobre si es cierto que ciertas marcas de vacuna, como AstraZeneca, producen efectos más potentes cuando se aplican como refuerzo, el especialista afirma que “todas las vacunas son seguras y solo generan síntomas locales, salvo algunas muy pocas excepciones. No es cierto que algunas generan más efectos adversos que otras. Hay información de los ensayos clínicos y de seguimiento que lo demuestran”.
Muy pocos efectos adversos graves
En el Perú, al igual que en todo el mundo, se han reportado efectos adversos graves de las vacunas, pero estos casos, que suelen ser controlados rápidamente, son muy poco habituales si se toma en cuenta las millones de personas que han recibido la inyección. En el Perú se han aplicado más de 68 millones de dosis.
“Estos efectos graves (anafilaxia) se suelen presentar en uno por cada millón de aplicaciones. Nosotros hemos tenido 11 personas con anafilaxia, pero todos los casos han sido controlados con las herramientas disponibles en los vacunatorios. Estas personas fueron atendidas inmediatamente y los casos fueron controlados por el personal médico. No hubo mayor problema. Entonces, son 11 casos en más de 68 millones dosis aplicadas”, detalla el funcionario.
Incluso en esos casos, dice Munayco, los beneficios de la vacunación son mucho mayores que los eventuales riesgos, que pueden ser atendidos por el personal de salud. “Las vacunas son seguras. Los efectos severos son muy raros y tenemos personal de salud preparado para responder. El beneficio es mucho mayor que el mínimo riesgo, porque la vacuna evita que las personas se agraven y fallezcan por covid”.
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