Entre las muchas noticias médicas de la semana, elegimos estas dos: por un lado, los casos de rebote que se han estado registrando entre quienes se trataron del COVID-19 tomando Paxlovid; y por el otro, el reporte de nuevas mutaciones del virus de la viruela del mono.
Resistencia al Paxlovid
El doctor Anthony Fauci, asesor médico de la Casa Blanca, anunció el 28 de junio que, días después de terminar sus cinco días de tratamiento con el medicamento Paxlovid para el COVID-19, notó que sus síntomas reaparecieron con mayor intensidad, y tuvo que empezar a tomar un segundo curso de tratamiento.
LEE TAMBIÉN | Consumir más suplementos y vitaminas no aseguran más salud
Ese fenómeno, llamado rebote, ha venido observándose con relativa frecuencia desde que el medicamento fuera aprobado por la FDA para ser usado en personas con COVID-19 que tienen mayor riesgo de complicación.
El Paxlovid –medicamento que reduce el riesgo de hospitalización o muerte en un 89 % si se administra a los pocos días del inicio de síntomas– contiene dos medicamentos antivirales, el nirmatrelvir, que actúa directamente sobre el SARS-CoV-2, y el ritonavir, que, a pesar de no tener acción directa sobre el SARS-CoV-2, se lo incluye porque al aumentar la concentración del primer medicamento, lo hace más efectivo en su acción antiviral contra el nuevo coronavirus.
El problema es que muchos pacientes empezaron a reportar a sus médicos que, luego de una mejoría inicial después de tomar el Paxlovid, los síntomas reaparecieron después de concluir los cinco días de tratamiento.
En una prepublicación del 26 de abril del 2022, investigadores estadounidenses reportan el caso de un hombre de 71 años, previamente vacunado y con una dosis de refuerzo, que tuvo un rebote luego de tomar Paxlovid, y cuyo estudio genómico indicó que el virus antes y después del rebote era idéntico, lo cual sugería que el rebote no fue causado por una reinfección o una variante diferente. En una prepublicación posterior, los investigadores reportan el mismo fenómeno en diez pacientes.
“La capacidad de mutación [de los virus] nos indica que, en esta eterna batalla, los seres humanos estamos a merced de ellos”.
No se conoce la razón del rebote de los síntomas, aunque algunos expertos postulan que el Paxlovid suprimiría el coronavirus con tanta eficiencia que no deja que el sistema de defensa del paciente termine de reconocer completamente al virus, lo que no da tiempo para que se formen células de defensa y anticuerpos. Ante esa situación, y al dejar de tomar la medicina, el virus vuelve a multiplicarse y ocasionar síntomas.
Una prepublicación del 28 de junio, sin embargo, encuentra 11 mutaciones en una región del virus sobre la que actúa el nirmatrelvir, uno de los componentes del Paxlovid. De acuerdo con los autores, ese hallazgo indicaría que el virus puede desarrollar resistencia al medicamento y hacerlo inútil en el futuro.
Es importante saber que este fenómeno del rebote ya había sido documentado en los estudios clínicos hechos para probar la efectividad del Paxlovid. En la solicitud que hizo Pfizer a la FDA para la aprobación del medicamento, se vio que un pequeño número de participantes que habían tenido una prueba molecular negativa luego de terminar el tratamiento de cinco días volvió a tener una prueba positiva unos días después.
Debido a esos hechos, en una alerta lanzada por los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) el 24 de mayo, se recomienda que la persona que presenta el rebote con Paxlovid debe aislarse durante cinco días y usar una mascarilla por diez días para impedir el contagio a otras personas, un hecho ya documentado.
Los CDC dicen que la persona puede abandonar el aislamiento después de cinco días siempre y cuando la fiebre haya desaparecido durante 24 horas sin medicamentos para reducir la fiebre y se sientan mejor de los síntomas.
En resumen, debido a que los rebotes observados por el uso del Paxlovid son -en su mayoría- leves, es posible que el beneficio de la medicina en impedir el avance y las complicaciones de la enfermedad sobrepase –por el momento– el riesgo del regreso de los síntomas.
Variantes del virus
Fueron dos noticias similares sobre el virus de la viruela del mono, una desde Portugal y otra desde el Perú.
En una publicación en “Nature Medicine” del 24 de junio, investigadores del Instituto Nacional de Salud de Portugal comunican que el análisis genómico de 15 virus, aislados de pacientes en el brote de ese país, muestran 50 mutaciones en relación con el virus que causó un brote similar en Nigeria en el 2018-2019. Los investigadores especulan que esas mutaciones indicarían una adaptación del virus al ser humano y ayudarían a explicar su rápida diseminación.
El Instituto Nacional de Salud (INS) del Perú comunicó que el análisis genómico de uno de los tres virus causantes del brote de viruela del mono en Lima muestra 68 mutaciones.
LEE TAMBIÉN | ¿Cómo va la salud de la población afroperuana?
Debemos aclarar que mientras que los portugueses compararon el genoma del virus aislado en ese país con el genoma de referencia MN_648051.1 (recolectado en Nigeria en el 2018), los peruanos lo hicieron contra el genoma de referencia NC_063383.1 (también reolectado en Nigeria en 2018), por lo que no es posible decir que el virus aislado en el Perú tenga más mutaciones que el virus aislado en Portugal.
Lo que sí es posible decir es que, sabiendo que el virus de la viruela del mono es un virus de ADN que muta una a cuatro veces al año, tener 50 o 68 mutaciones en cuatro años indica que ese virus está mutando muy rápidamente.
Corolario
Ambas noticias nos muestran claramente lo formidables que son los virus como enemigos de la salud humana. Su capacidad de mutación nos indica que, en esta eterna batalla contra los microorganismos, los seres humanos estamos a merced de ellos y, lamentablemente, parece que estamos yendo un paso detrás.