Aunque no hay evidencias de daño a largo plazo por el uso extendido de dispositivos con pantallas, su uso prolongado puede agotar el ojo.
Aunque no hay evidencias de daño a largo plazo por el uso extendido de dispositivos con pantallas, su uso prolongado puede agotar el ojo.
Diego Suárez Bosleman

Un reciente informe de la empresa Eyesafe estima que en marzo, cuando las medidas de aislamiento por se extendían, las personas en EE.UU. incrementaron en unas tres horas el tiempo que pasaron frente a una pantalla. Tiene sentido. Con las restricciones actuales, trabajar, estudiar, conversar con los amigos y distraerse están más atados que nunca a este tipo de aparatos. Pero esta mayor exposición –que probablemente se mantenga– implica también un esfuerzo más grande para los ojos, el cual puede desencadenar dolores de cabeza, visión borrosa, irritación e inflamación del tejido ocular.

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—Sobreesfuerzo—

El ojo humano tiene ocho músculos, que emplea para moverse y enfocar lo que observa. Al aumentarse el tiempo habitual expuesto a una pantalla, estos músculos se agotan. Es como si todos los días uno corriese 20 minutos y de un momento a otro decide correr una hora. La persona empezaría a sentir dolor porque no está acostumbrada a ese esfuerzo. En el caso del ojo, el desgaste de los músculos oculares puede provocar fatiga ocular, que –según la clínica Mayo de EE.UU.– trae consigo ojos adoloridos, dolor de cabeza, visión borrosa, mayor sensibilidad a la luz, molestias en el cuello y los hombros, y la sensación de no poder cerrar los ojos.

Gerardo Arana, director médico de Oftálmica Clínica de la Visión, dice a El Comercio que otro problema del uso prolongado de dispositivos con pantallas es la irritación de los ojos.

“El número de parpadeos que hay en un minuto cuando uno no está frente a la computadora es alrededor de 18 y 19, y se reduce a cinco cuando se está al frente de este aparato. Esto provoca que no haya un correcto desplazamiento de lágrimas, que tienen como fin hidratar el ojo. Debido a esto, las capas oculares se secan, y al frotarse entre sí, causan irritación; es decir, ojos rojos”, explica Arana.

Este sobreesfuerzo, advierte el especialista, puede ser más peligroso para personas –especialmente niños– con medidas de la vista que no estén usando sus anteojos, pues multiplican el esfuerzo muscular para el enfoque. Si uno va a estar mucho tiempo mirando una pantalla y usa lentes, la medida de estos debe estar actualizada.

—Infección e inflamación —

De acuerdo a Arana, existen otros dos problemas oculares significativos asociados a las pantallas: la conjuntivitis bacteriana y la queratitis.

Las lágrimas no solo hidratan el ojo, también lo protegen de bacterias gracias a una enzima llamada lisozima. Al faltar las lágrimas y presentarse un ojo seco, la membrana conjuntiva está más expuesta a ser infectada por bacterias, lo que se traduce en una conjuntivitis bacteriana, caracterizada”, sostiene el experto.

La queratitis es una inflamación de la córnea que puede estar relacionada también al ojo seco. Sus síntomas son enrojecimiento ocular, dolor ocular, exceso de lágrimas u otra secreción ocular, visión borrosa y sensación de tener algo dentro del ojo.

Para evitar este tipo de complicaciones, cuando se esté frente a una computadora, se recomienda que esta se encuentre alineada con el nivel de los ojos, y ubicada a unos 45 o 70 centímetros de distancia de la persona.

Asimismo, si uno va a estar mucho tiempo mirando una pantalla, tiene que aplicar la regla 20-20-20: tomar un descanso cada 20 minutos para ver objetos ubicados a 20 pies (seis metros aproximadamente) por 20 segundos.

Para evitar que el ojo se reseque en este período de cuarentena, Arana aconseja comprar lágrimas artificiales, ya sea en niños o en adultos. Estas deben colocarse –una gota en cada ojo– antes de iniciar un período prologando de uso de dispositivos con pantallas.

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¿Cuáles son los síntomas del nuevo coronavirus?

Entre los síntomas más comunes del COVID-19 están: fiebre, cansancio y tos seca, aunque en algunos pacientes se ha detectado dolor corporal, congestión nasal, rinorrea, dolor de garganta y diarrea. Estos malestares pueden ser leves o presentarse de forma gradual; sin embargo, existen casos en los que la gente se infecta, pero no desarrolla ningún síntoma, precisó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, la entidad dio a conocer que el 80 % de personas que adquieren la enfermedad se recupera sin llevar un tratamiento especial, 1 de cada 6 casos desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar, la gente mayor y quienes padecen afecciones médicas subyacentes (hipertensión arterial, problemas cardiacos o diabetes) tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave y que solo el 2 % de los que contrajeron el virus murieron.

¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?

Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.

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