Este sonido es una de las características más reconocibles en los delfines:
Y resulta que un reciente estudio afirma que este sonido no es simplemente una manera alertar a sus compañeros sobre la existencia de alimentos, sino que también sirve como una expresión de placer.
Un grupo de científicos de la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos de EE.UU. estudiaron los sonidos emitidos tanto por delfines como por ballenas beluga y se concentraron en el análisis del tiempo entre una experiencia placentera (como alimentarse) y la emisión del chillido.
Los expertos llegaron a la conclusión que este lapso es similar al tiempo que demora el cerebro en liberar la hormona de la felicidad conocida como dopamina.
El estudio fue publicado en “Journal of Experimental Biology”.