El derrame de petróleo ocurrido en Ventanilla el pasado sábado, 15 de enero, nos vuelve a poner frente a una situación que, lamentablemente, ocurre cada cierto tiempo en nuestro país. Si bien la Refinería La Pampilla comentó que este incidente se suscitó por el violento oleaje provocado por la erupción del volcán en el mar de Tonga, las consecuencias son claras: la fauna que habita en las costas del distrito del Callao se verán afectados.
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Incluso si según lo que notificó la Dirección General de Capitanías y Guardacostas del Perú (DICAPI), el incidente fue atendido rápidamente por la compañía y las autoridades correspondientes, el impacto ambiental de este tipo de acontecimientos es inmenso y siempre termina perjudicando a las personas que viven en las cercanías del área afectada y, sobre todo, a los animales que habitan dicha zona.
A continuación te explicamos cómo este hecho ha dañado al ecosistema costero de Ventanilla y, por ende, a toda su cadena alimenticia.
Caso ‘Mare Dorium’
El domingo 16 de enero, la Refinería La Pampilla y las autoridades de Ventanilla confirmaron que hubo un derrame de petróleo en las playas Bahía Blanca y Costa Azul, en el terminal Multiboyas N°2 de la empresa.
El comunicado emitido por la compañía mencionó que las fuertes olas producidas por la erupción volcánica en el mar de Tonga, el mismo que produjo daños y alertas de tsunami en varios países, fueron las que causaron que la embarcación Mare Dorium -buque tanque de procedencia italiana en el que se estaban cargando hidrocarburos- volcara su contenido al agua.
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Tras confirmarse el hecho, la Municipalidad de Ventanilla y personal de salvataje de la Policía evacuaron a más de 200 bañistas y cerraron las playas Bahía Blanca y Costa Azul con la intención de evitar cualquier riesgo para las personas. Por desgracia, algunos animales de la zona se vieron seriamente afectados. Según declaraciones de los vecinos entrevistados por Canal N, se pudo ver algunas aves guaneras muriendo por el derrame.
Pedro Spadaro, alcalde de Ventanilla, mencionó a través de su cuenta de Facebook que la Municipalidad trabajaría junto a las autoridades correspondientes para delegar responsabilidades. “Terrible derrame de petróleo en el mar de Ventanilla que atenta contra nuestro ecosistema. Desde la Municipalidad de Ventanilla lideraremos el trabajo para resarcir este daño lo más pronto posible e instamos a las autoridades competentes para determinar las causas de este hecho y establecer responsabilidades”, mencionó.
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Finalmente, en la mañana del 17 de enero el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) informó que la situación ha sido controlada, pero las labores de limpieza del mar continúan con el trabajo en conjunto de las autoridades de la localidad. Es por esta razón que la Policía y la Municipalidad continúan restringiendo el acceso de las personas a las playas afectadas.
Según información publicada por El Comercio el 18 de enero menciona que son por lo menos 18 mil metros cuadrados de playa afectados y que la cantidad de petróleo vertido en el mar según reporta la Refinería responsable es de 0,16 barriles, una cifra que no encaja con el impacto ocasionado en las playas Bahía Blanca y Costa Azul según la presidenta del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Las investigaciones correspondientes y el proceso para sancionar a la empresa responsable continuarán en los próximos días, una vez se complete la limpieza de la zona afectada.
Un incidente no tan ajeno
El Comercio conversó con Héctor Aponte, doctor en Biología, experto en ecosistemas y humedales costeros, investigador de la Universidad Científica del Sur y editor de la revista South Sustainability, para poder esclarecer los efectos provocados por el derrame de petróleo en el mar de Ventanilla tanto en el litoral como en la fauna que habita dichas zonas.
“Los derrames de petróleo son muchas veces accidentales. Tengo conocimiento de que hubo una acción inmediata de las autoridades, lo cual es un buen síntoma. Lamentablemente, estos accidentes afectan a biodiversidad marina, por lo que debemos identificar las oportunidades de mejora en los procesos a fin de prevenir con mayor eficacia estos accidentes”, mencionó Aponte cuando se le preguntó por su opinión sobre esta situación y las formas en las que las autoridades y la Refinería responsable han actuado para resolver la crisis lo más rápido posible.
Como es bien sabido, los vuelcos de hidrocarburos en el océano son tan nocivos que sus propiedades tóxicas permanecen en el ambiente incluso tiempo después de haber ocurrido. Pero, hasta el primer cierre de este informe, no se tienen más detalles sobre el petróleo que iba a ser cargado a la embarcación por lo que determinar el impacto es un tanto improbable. Aponte aporta: “Es muy difícil determinar el tiempo de degradación de los hidrocarburos sin el dato de la cantidad exacta, la composición y la temperatura de los mismos. Este es muy variable”.
Tal como menciona el experto, pese a todo el accionar de los agentes que participaron en la operación de control a la crisis petrolera, los principales afectados fueron, y seguirán siendo, los especímenes que tienen como hogar a dicha zona. “Con un derrame de petróleo, el medio marino se ve alterado. Desde los componentes del plancton hasta las aves marinas que se alimentan de los peces e invertebrados que habitan esta zona; al estar todos conectados, todos los eslabones de la cadena se ven afectados. Por ello es importante prevenirlos”, señaló el biólogo.
No obstante, bien hay que notar que este incidente no ha sido un suceso que ocurre después de mucho tiempo en el Perú. El estudio titulado “La sombra del petróleo” publicado en 2020 por el Subgrupo sobre Derrames Petroleros de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (de autoría de Aymara León y Mario Zúñiga) reveló que entre el 2000 y el 2019 se produjeron 474 derrames en la Amazonía Peruana, provocando que más de dos mil lugares se vean sumamente afectados por la contaminación, sobre todo en la Amazonía Norte.
Pero, ¿por qué estos atropellos contra el medio ambiente han pasado tan desapercibidos ante los ojos de la población pese a que organizaciones ambientalistas extranjeras lo consideran un tema de urgencia? Aponte nos respondió esta interrogante mencionando lo siguiente: “Un factor importante es la atención e importancia que le ponen los medios de comunicación a estos eventos. El número de incidencias que reveló ‘La sombra del petróleo’ nos demuestra que aún tenemos mucho por comunicar”.
“En los últimos años se nota el esfuerzo que se hace por prevenir estos accidentes, pero pienso que tenemos trabajo por delante. Debemos proteger la naturaleza y a sus especies, ello implica evitar este tipo de derrames”, finalizó Aponte.
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