Los embriones de distintas especies comparten muchas similitudes. (Foto: Belmionte Lab / Salk institute)
Los embriones de distintas especies comparten muchas similitudes. (Foto: Belmionte Lab / Salk institute)
Redacción EC

El consenso científico muestra que los descienden de un ancestro común. Se llegó a esta conclusión a partir de una serie de pruebas que indican que en la etapa embrionaria, compartimos muchos rasgos comunes, pero estos no llegan a desarrollarse y cada especie termina con una estructura distinta y propia.

Estas estructuras son conocidas como atávicas, anatomías perdidas durante la evolución pero que aparecen en la etapa embrionaria. Por ejemplo, esto sucede con algunos animales acuáticos como las ballenas, que cuando están desarrollándose en el vientre presentan extremidades posteriores, pero estas quedan truncas y no se desarrollan. Lo mismo sucede con la estructura temporal similar a una cola que tienen los humanos cuando se están formando, pero que termina convirtiéndose en el coxis.

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Uno de estos remanentes evolutivos ha sido recién identificado por investigadores de la Universidad de Howard, en Estados Unidos. Se trata de músculos atávicos en las extremidades que no terminan de desarrollarse. No están presente en los humanos adultos, pues se perdieron hace 250 millones de años, cuando nuestros antepasados pasaron de reptiles a mamíferos.

Dorsometacarpales en un embrión humano. RUI DIOGO, NATALIA SIOMAVA Y YORICK GITTON
Dorsometacarpales en un embrión humano. RUI DIOGO, NATALIA SIOMAVA Y YORICK GITTON

Los autores detallan en la que estos músculos dorsometacarpales están presentes durante la formación humana en las manos y pies. A las siete semanas de gestación, de los 30 músculos formados, un tercio se fusiona o desaparece.

Los científicos, dirigidos por el biólogo evolutivo Rui Diogo, afirman que sus hallazgo ayudan a derribar la creencia de que el desarrollo prenatal es simple y que la complejidad en nuestro organismo surge después.

Diogo afirma que existen motivos para que estos músculos ya no estén presentes -en la mayoría de casos- en los humanos desarrollados: “Curiosamente, algunos de los músculos atávicos se encuentran en raras ocasiones en adultos, ya sea como variaciones anatómicas sin ningún efecto notable para el individuo sano, o como resultado de malformaciones congénitas"

"Esto refuerza la idea de que tanto las variaciones musculares como las patologías pueden estar relacionadas con el desarrollo embrionario retrasado o detenido, en este caso tal vez un retraso o disminución de la apoptosis muscular, y ayuda a explicar por qué estos músculos se encuentran ocasionalmente en personas adultas. Proporciona un ejemplo fascinante y poderoso de evolución en desarrollo”, detalla.

El hallazgo se realizó gracias a que actualmente la tecnología de imágenes 3D de alta calidad permite observar detalladamente los embriones y fetos. “Es fascinante que hayamos podido observar varios músculos que nunca se han descrito en el desarrollo prenatal humano, y que algunos de ellos se observaran incluso en fetos de 11,5 semanas de edad, lo que es sorprendentemente tarde para los atavismos del desarrollo”, señala Diogo.

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