(EFE). El estudio, liderado por la Josefa González, investigadora Ramón y Cajal del CSIC en el Instituto de Biología Evolutiva de la Universitad Pompeu Fabra (UPF), y publicado en la prestigiosa revista mosca de la fruta Drosophila melanogaster, y es uno de los primeros en relacionar una mutación natural con un cambio adaptativo al ambiente.
Fuentes del CSIC han informado de que, concretamente, las moscas que presentan la mutación son resistentes al insecticida carbofurano, utilizado durante décadas en el control de plagas en fruteros, y al benzaldehid, un compuesto natural que se genera en la fruta en descomposición y que en grandes cantidades es tóxico.
Las mismas fuentes han señalado que los transposones, cadena de ADN que se mueven dentro del genoma de una célula y puede causar mutaciones, han sido relacionadas con enfermedades como la esquizofrenia y el cáncer, aunque también hay algunas de las mutaciones producidas por los transposones que son beneficiosas para los organismos.
El laboratorio de la doctora González investiga específicamente mutaciones provocadas por los transposones que permiten a los organismos adaptarse al ambiente, y hasta ahora, apenas se han podido demostrar casos concretos en que provoquen mutaciones beneficiosas. Esto se debe a la dificultad de establecer una relación entre el genotipo y el fenotipo, es decir, identificar el efecto que una mutación en el ADN tiene en el funcionamiento de un organismo.
El equipo de la doctora González ha podido demostrar el efecto beneficioso del transposón FBti0019627, localizado dentro del gen Kmn1, en una población natural de moscas de la fruta. Pero los investigadores han descubierto que este también afecta a otro gen cercano, el CG11699. Según Lidia Mateo, primera autora del artículo, este gen tiene dos versiones, una más larga y otra más corta.
El transposón interfiere con la transcripción del gen y hace que las moscas sólo fabriquen la versión más corta pero en mayor abundancia. La proteína codificada por el gen CG11699 interacciona con una enzima, la aldehído deshidrogenasa 3, que tiene la capacidad de proteger al organismo de los xenobióticos, compuestos químicos ajenos al organismo, y “las moscas con mayor expresión del gen CG11699 tienen mayor actividad enzimática y por lo tanto mayor capacidad de metabolizar xenobióticos y sustancias derivadas”.