MARTHA MEIER M.Q.
Editora central
¿Puede una medida que pretende proteger a la población de la creciente delincuencia, favorecer para que esa misma población se vea más expuesta a padecer cáncer a la piel? Así es.
El ministro del Interior, Daniel Urresti ha propuesto que ningún vehículo lleve lunas polarizadas (sin indicar grados) para evitar que la opacidad favorezca el traslado de delincuentes con armamento.
La medida es ingenua, favorece que los rayos ultravioletas (conocido factor cancerígeno) hagan de las suyas mientras pasamos horas en los múltiples embotellamientos que padece Lima, y el resto de grandes ciudades del país, y vulnera la “Ley 30120”, firmada por el propio presidente Ollanta Humala. Esa Ley dispone medidas preventivas contra los efectos nocivos para la salud por la exposición prolongada a la radiación solar. Y las lunas polarizadas son una forma de protegerse.
El cáncer de piel es apenas una de las consecuencias del exceso de exposición al sol. Entre los otros daños están: el envejecimiento prematuro de la piel, pérdida de la elasticidad, manchas oscuras, formaciones precancerosos, aumento del riesgo cataratas y problemas visuales, debilitamiento del sistema inmunológico, entre otros.
Esta es una de las razones, también, por las que la mayoría de vehículos salen de fábrica con lunas polarizadas. ¿La otra? Una mejor visibilidad para los la conductores en condiciones extremas de luz.
En noviembre de año pasado se desarrolló un importantísimo congreso en Arequipa, donde el Centro de Investigaciones de las Radiaciones, CIRAD, realiza investigaciones desde 1995.
En dicho Congreso participaron reconocidos dermatólogos, oftalmólogos y otros especialistas internacionales. En la reunión characata se llegó al “Consenso Arequipa 2013” y se firmó la “Declaración de Arequipa 2013”, en el que físicos, dermatólogos, oftalmólogos, inmunólogos y educadores plasmaron sus opiniones sobre la amenaza que suponen las RUV. Un grupo de especialistas de la Ciudad Blanca estableció la Sociedad Peruana de Fotobiología y Fotomedicina (Filial Arequipa) para enfrentar la indiferencia de entidades gubernamentales sobre el tema. El problema de las RUV es grande y nos atañe a todos.
Así como se recomienda el uso de bloqueadores solares, anteojos y sombreros para protegerse de la radiación solar (con su carga ultravioleta), lo que nos protege mientras viajamos en cualquier vehículo son justamente las lunas polarizadas. Ya son varias las ciudades alrededor del planeta donde el uso de lunas polarizadas son obligatorias, por medida de salud pública.
Aquí mientras tantos el ministro nos la quiere quitar, pese a que estas –sin ser totalmente negras- llegan a impedir el paso de más del 90% de los peligrosos rayos ultravioleta, protegiéndonos de posibles cánceres a la piel.
(RUV) EN UN DÍA NUBLADO
No es necesario estar largas horas bajo un sol radiante para que los rayos ultravioletas causen estragos sobre la salud. Aún en días nublados la radiación UV puede ser alta.
Como se sabe ese tipo de radiación es uno de los principales disparadores de cánceres a la piel, cataratas, deterioro del sistema inmunológico entre otros.
De cada 100 tumores hasta 5 corresponden a algún tipo de cáncer a la piel, y en el Perú ese tipo de malignidad ocupa el cuarto lugar entre los más frecuentes, detrás de los cánceres de estómago, pulmón y mamá (según datos del ministerio de Salud).
En el Hospital Cayetano Heredia, del Minsa, los casos de cáncer de representan aproximadamente al 1.5% de todas las enfermedades atendidas anualmente.
El debilitamiento de la capa de ozono hace que cada vez los rayos UV sean cada vez más fuertes.
El llamado "agujero en la capa de ozono" lleva a que aún en los días nublados las radiaciones ultra violetas puedan ser muy altas y con ello peligrosas.