Recientes noticias relacionadas al desarrollo de dos pruebas muy rápidas para descubrir al SARS-CoV-2 han despertado una enorme expectativa en los especialistas de salud pública que luchan contra la pandemia. Hoy veremos en qué consisten y cómo pretenden solucionar los retos que se tienen en el diagnóstico rápido y efectivo del nuevo coronavirus.
Hasta ahora se tenían dos grandes tipos de pruebas para estudiar el COVID-19. La primera era la que descubre el virus en las vías respiratorias de la persona afectada; y la segunda, la que descubre en la sangre la respuesta del organismo a la infección por el virus.
La primera, la que descubre el virus, se llama prueba molecular o genética porque descubre segmentos de la estructura genética del virus. Para ello, usa una tecnología llamada PCR que los amplifica y permite reconocerlos.
La segunda, llamada prueba rápida o serológica, descubre los anticuerpos o inmunoglobulinas que produce el sistema de defensa en respuesta a la infección viral.
La prueba genética o molecular se hace tomando una muestra de secreción de la garganta y de la nasofaringe, una parte del cuerpo que solo es alcanzada con un procedimiento muy incómodo, en el que un hisopo de algodón es introducido muy profundamente a través de la nariz, hasta llegar a la parte alta de la garganta.
La importancia fundamental de la prueba molecular es que, al identificar a la persona infectada y saber que tiene el virus en la nariz y garganta –y ser por lo tanto contagiosa–, se le recomienda que se aísle y se le advierte a la familia que debe protegerse de la infección.
“La prueba [de saliva] elimina la necesidad de costosos envases usados para preservar al virus”.
El problema con las pruebas moleculares PCR es que, por un lado, la obtención de la muestra es muy incómoda. Por otro lado, el proceso de la muestra requiere aparatos especiales y un personal muy especializado, por lo que procesarlas demora varias horas, sus resultados pueden demorar algunos días y es relativamente cara.
Por ello, investigadores en todo el mundo tratan de desarrollar otros tipos de pruebas que, sin perder efectividad, puedan hacerse mucho más rápido.
En ese sentido, un tercer tipo de prueba –llamada prueba de antígeno– es la que más promete para acelerar los resultados de detección del nuevo coronavirus. Una de ellas, la BinaxNOW Covid-19 Ag Card, ha sido aprobada el 26 de agosto por la Administración de Medicinas y Alimentos de EE.UU. (FDA).
Estas pruebas no detectan el genoma del virus, ni los anticuerpos del sistema de defensa, sino que reaccionan con ciertos antígenos o estructuras presentes en la cubierta de proteínas del virus. Lo interesante de esta prueba –a diferencia de otras tres ya aprobadas– es que no necesita aparato alguno, pues la reacción se hace directamente en un cartón del tamaño de una tarjeta de crédito y solo demora 15 minutos. Además, el precio será de solo cinco dólares y calculan producir 50 millones para octubre. Debido a que esta prueba no es tan efectiva en la detección del virus como lo es la prueba PCR, esa falencia puede ser compensada por la frecuencia de su uso.
Otra interesante prueba en la saliva ha sido autorizada para uso de emergencia por la FDA el 15 de agosto, y ha sido desarrollada por investigadores de la Universidad de Yale en EE.UU.
Para hacer la prueba –llamada SalivaDirect–, la persona recoge en su casa un poco de saliva en un envase estéril y lo envía al laboratorio. Allí el resultado puede estar listo en muy poco tiempo, por lo que la persona puede ser notificada inmediatamente.
La prueba elimina la necesidad de costosos envases usados para preservar al virus en otros tipos de exámenes de saliva. En SalivaDirect, el virus puede permanecer viable a la temperatura ambiente durante varias horas.
Lo interesante del proyecto es que, al igual que ciertos programas informáticos que son de uso libre, los detalles del proceso de la prueba son ‘open source’. Eso quiere decir que la Universidad de Yale ha donado la información para que cualquier laboratorio pueda hacer sus pruebas gratuitamente, de acuerdo a sus especificaciones. Se estima que costará US$10. En lo referente a su confiabilidad, los investigadores reportan que al ser enfrentada a la prueba molecular PCR estándar, su coincidencia de resultados es del 94%.
— Corolario —
Se estima que en los meses que quedan hasta tener una vacuna efectiva y de amplia distribución, la disponibilidad de pruebas que puedan detectar el virus de una manera rápida, que sean baratas y que una persona pueda repetir múltiples veces, es la única posibilidad de encontrar los casos positivos, aislarlos y evitar brotes.
Al ser tan baratas y de rápida lectura, las pruebas de antígeno y de saliva podrían servir para que una persona pueda hacerse la prueba antes de ingresar al trabajo, antes de subir a un avión o en cualquier situación que requiera la demostración de que la persona no tiene el virus en ese momento. Al tener una aplicación que muestra el resultado de la prueba de antígeno en el teléfono celular, la persona podrá tener un registro actualizado que podrá mostrar cuando lo necesite.
No hay duda de que el desarrollo de estas pruebas de antígeno y de saliva constituye un adelanto enorme en el control de una enfermedad que ha tenido en el uso y disponibilidad de pruebas moleculares y serológicas un escollo enorme para la identificación temprana de los casos positivos y sus contactos.
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