Elmer Huerta. (Foto: Mario Zapata/ USI)
Elmer Huerta. (Foto: Mario Zapata/ USI)
Ana Núñez

Uno de los más grandes mitos de nuestra alimentación se hizo pedazos esta semana. La leche, y concretamente la leche materna, es fundamental durante los primeros seis meses de vida –por ser la principal fuente de proteínas y vitaminas de los bebés– e importante hasta los dos años. ¿Pero qué pasa después de esa edad? ¿Por qué seguimos consumiendo leche? Es simple costumbre y desinformación, considera el reconocido médico .

“Después de los dos años, la leche es un alimento opcional como cualquier otro y, por lo tanto, podría ser prescindible”, dice. en esa línea, confiesa que, después de los dos años, sus hijos no volvieron a tomar leche.

Si a esto se suma que más del 60% de las personas mayores de 40 años tiene intolerancia a la lactosa, se entiende aún menos la obsesión por incluirla obligatoriamente en las dietas. Un tema adicional sobre el que se puede debatir son los procesos que utilizan las empresas fabricantes de leche, cuyas vaquitas lecheras deben salir preñadas rápida y cíclicamente para cumplir con la producción de leche deseada. Y no para sus crías, sino para usted, estimado lector.

“Somos la única especie que toma la leche de otra especie. La leche de vaca es para los becerritos”, concluye Huerta, quien además lanza una pregunta al premier Zavala: “¿Y qué pasó con la Ley de Alimentación Saludable, aprobada en el 2013, que está pendiente de ser reglamentada?”. Entre otras cosas, la norma dispone que en los colegios se imparta cursos de nutrición a los niños y, por otro lado, que se ponga mayor cuidado en la publicidad engañosa.

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