El reciente y mediático caso de Gabriela Sevilla, peruana de 30 años que, en contra de toda evidencia médica objetiva, insiste en haber estado embarazada y haber llegado al término de una gestación; pone en el tapete el descuidado tema de la salud mental de la población.
Gabriela Sevilla fue reportada desaparecida el miércoles 19 de octubre, luego de salir sola hacia una clínica privada de Lima por habérsele roto la fuente y presentar sangrado vaginal. Luego de 36 horas, Gabriela fue ubicada, la mañana del viernes 21, con evidencia de haber sido físicamente maltratada y sin el bebe, siendo inmediatamente llevada al Hospital Militar.
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Durante los meses anteriores, Gabriela había compartido múltiples fotografías en las que muy contenta, mostraba el embarazo, dando la impresión de que este continuaba viento en popa, celebrando incluso un baby shower. Su familia compartía la emoción.
Sorpresivos informes
Al ser examinada, las autoridades del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público dieron a conocer un informe, que concluía que debido a “la ausencia de parto vaginal reciente o antiguo” y a que no había “signos hormonales de embarazo”. Gabriela Sevilla no estuvo embarazada.
Al respecto, médicos obstetras coinciden en que una mujer puérpera, muestra dentro de las primeras 24 horas después del parto algunos elementos que aseguran que este se produjo. Entre ellos están la dilatación del cuello del útero, por donde fue expulsado el bebe; una herida de episiotomía (corte que se hace en el perineo o espacio entre la vulva y el ano), restos de sangre (loquios) en la vagina y un útero grande que empieza a encogerse y alcanzará su tamaño normal recién en dos a tres semanas. Gabriela no presentaba ninguno de esos signos.
Por otro lado, durante el embarazo, la placenta produce grandes cantidades de una hormona llamada gonadotrofina coriónica humana (HCG), cuya concentración se mide en miles de unidades internacionales (IU) durante el embarazo. En las últimas semanas del embarazo, por ejemplo, su concentración varía entre 3.140 y 117.000 mIU/mL, valor que disminuye progresivamente, demorando tres semanas alcanzar el valor normal no indicativo de embarazo (0,5 mIU/mL). El examen a Gabriela arrojó 0,5 mIU/mL.
Con esa evidencia se concluyó que, desde lo médico y lo científico, Gabriela Sevilla nunca estuvo embarazada.
Síntomas somáticos
Los diagnósticos en psiquiatría se guían por una publicación periódica llamada “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales”, cuya última edición fue publicada en el 2013 y revisada en marzo del 2022 (DSM-5-TR).
Esta última revisión tiene importantes cambios relacionadas al tema de esta columna. Lo que hasta la DSM-4 se llamaban trastornos de somatomorfia, ahora se llaman síntomas somáticos y trastornos relacionados. ¿Pero qué significa esto?
La relación entre la salud física y mental es extraordinariamente compleja y muy poco comprendida. La palabra somatomorfia (‘somato’ = cuerpo, ‘morphos’=forma), indica el trastorno de salud mental caracterizado por la presencia de síntomas que sugieren un trastorno de salud física o corporal, pero para el cual no se encuentran hallazgos orgánicos objetivos demostrables o mecanismos fisiológicos conocidos.
Esa definición sugería que la mente y el cuerpo eran entidades separadas, y su colisión causaba síntomas imposibles de explicar con métodos científicos.
En la nueva edición del “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales” (DSM) se amplía la definición de somatomorfia, y es reemplazado por trastorno de síntomas somáticos (SSD) y es la presencia de síntomas somáticos o corporales tan angustiantes que provocan una interrupción significativa del funcionamiento de la vida diaria, pues esos pensamientos, sentimientos y comportamientos son desproporcionados y excesivos para el cuadro clínico del paciente.
Para ser diagnosticado con SSD, el individuo debe ser persistentemente sintomático (típicamente al menos durante 6 meses).
La reciente definición, destaca que la evaluación integral de un paciente requiere el reconocimiento de que los problemas psiquiátricos a menudo ocurren en personas con problemas médicos. Si bien el DSM-4 se organizó centralmente en torno al concepto de síntomas médicamente inexplicables, los criterios del DSM-5 enfatizan el grado en que los pensamientos, sentimientos y comportamientos de un paciente sobre sus síntomas somáticos son desproporcionados o excesivos.
Pseudociesis
Definido el SSD, es más fácil entender el raro tipo del grupo de trastorno de la salud mental llamado falso embarazo, embarazo fantasma, nervioso, o pseudociesis.
Descrito por Hipócrates en el 300 a. C., quien describió a 12 mujeres “que imaginan que están embarazadas al ver que la menstruación está suprimida y las matrices hinchadas”, el término pseudociesis (‘pseudes’ = falso, ‘kyesis’ = embarazo), fue introducido por el escritor John Mason Good en 1823.
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En la pseudociesis ocurren manifestaciones fisiológicas del embarazo: falta de menstruación, distensión abdominal, sensación de percibir movimientos fetales, cambios en el tamaño o la forma de los senos, secreción de leche, oscurecimiento de areolas, aumento de peso, náuseas, vómitos, y cambios en el útero y el cuello uterino. La duración de los síntomas suele variar de unas pocas semanas a 9 meses.
En la mayoría de los casos, la pseudociesis ocurrió en mujeres infértiles y perimenopáusicas de entre 20 y 44 años, el 80%, casadas. Sin una causa exacta, es posible que factores neuroendocrinos, socioculturales y condiciones psicológicas o psiquiátricas están involucrados en el desarrollo de la pseudociesis.
Si alguna lección nos debe dejar este complejo caso es que –como debe ocurrir en toda persona con un trastorno de su salud mental– una mujer con pseudociesis no debe ser objeto ni de burla, ni de escarnio, debiendo recibir todo el apoyo y tratamiento necesario para su recuperación.