Recientemente se han dado a conocer algunos estudios sobre el valor de los medicamentos psicodélicos en el tratamiento de la depresión, especialmente de la severa, asociada a ideas suicidas. Dos medicamentos caen en este grupo: la ketamina y la psilocibina. Hoy haremos un breve resumen de lo que se sabe sobre su uso.
La depresión es un trastorno discapacitante de la salud mental que puede tener graves consecuencias para la persona afectada, entre ellas el suicidio. Un reciente estudio de revisión de la literatura médica entre el 2020 y el 2021, para conocer el impacto de la pandemia sobre la salud mental en el Perú, analizó 22 estudios con 24.593 participantes. En la población general, la ansiedad tuvo una prevalencia de 36,4%, la depresión 26,6%, estrés 44,2% y trastorno por estrés postraumático 5,9%.
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Sobre el suicidio asociado a la depresión, según cifras del Ministerio de Salud, la tasa en el Perú es de 1,6 de cada 100 mil habitantes, 69,5% son hombres, con un promedio de edad de 34,87 años; 79,5% solteros y el 26,6% con secundaria completa.
La ketamina
Es un anestésico con más de cincuenta años de uso y que reapareció en los noventa como Special K, una droga callejera usada en las discotecas por sus efectos euforizantes.
La ketamina es un medicamento que actúa sobre el sistema del glutamato, un neurotransmisor cerebral. Recordemos que muchos de los medicamentos que se usan para tratar problemas de salud mental, actúan a nivel de los llamados neurotransmisores, sustancias químicas cuya actividad determina el funcionamiento cerebral.
El Dr. Thomas Insel, exdirector del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU. dijo en el 2020 que la ketamina es el adelanto médico más importante en las últimas décadas en el tratamiento de la depresión severa. En el 2017, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría publicó en “JAMA” un comunicado en el que, basado en siete estudios científicos, reconoció a la ketamina como un medicamento innovador para el tratamiento de la depresión severa. En el 2019, la esketamina –derivado de la ketamina– fue aprobada por la FDA para tratar los casos más rebeldes de depresión. La medicina se aplica de modo intranasal.
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Sin embargo, debido a que la FDA no ha aprobado el uso de la ketamina como medicamento contra la depresión, centenares de centros académicos y privados de EE.UU. administran ketamina en el tratamiento de la depresión grave que no ha respondido a otros tratamientos. Uno de esos centros privados publica el 12 de setiembre pasado un estudio que demuestra que la ketamina fue efectiva para reducir los síntomas de depresión y, muy especialmente, la ideación suicida.
Uno de esos centros privados publica el 12 de septiembre pasado un estudio que demuestra que la ketamina fue efectiva para reducir los síntomas de depresión y muy especialmente la ideación suicida.
La ketamina se administra como infusión endovenosa ambulatoria, por lo que el paciente debe acudir a un centro médico para su administración supervisada. El tratamiento suele durar 40 minutos y al ser la dosis es mucho menor que la usada como anestésico, el paciente no pierde la conciencia.
Lo remarcable de la ketamina es que su acción en el alivio de la depresión resistente a otros tratamientos empieza seis horas después de su administración y dura unas dos semanas. Además, los efectos secundarios a corto plazo son mínimos y la medicina se tolera perfectamente bien.
Los expertos coinciden en que, aunque la ketamina es una promesa para el tratamiento de la depresión severa que no responde a otros tipos de tratamiento, el hecho de que deba darse endovenosamente y que su efecto solo dure dos semanas hace que deba administrarse por lo menos dos veces al mes. Eso hace que deban estudiarse cuidadosamente la duración del tratamiento y sus efectos a largo plazo. Un estudio del 2017 exige cautela, pues advierte de problemas de memoria y de la vejiga en ratones y seres humanos.
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Psilocibina
Recientes estudios demuestran también el valor de la psilocibina, componente de más de 20 especies de hongos alucinógenos, no solo en la depresión, sino también en el alcoholismo. La multinacional Compass Pathways presentó en el 2021 los resultados del estudio controlado aleatorio más grande de psilocibina hasta el momento. La investigación sorteó a 233 personas para recibir una dosis de 25 mg, de 10 mg o de 1 mg de psilocibina, esta última para actuar como un placebo.
Los participantes que recibieron la dosis de 25 mg –comparados con el placebo– mostraron una disminución significativa de los síntomas depresivos luego de tres semanas. Tres meses después, el 20,3% del grupo que recibió la dosis más alta estaba en remisión, en comparación con el 10,1% de las del grupo de 1 mg o placebo.
Se piensa que las drogas psicodélicas funcionarían reabriendo una ventana de desarrollo cerebral, una en la que el cerebro es mucho más plástico para adaptarse a la realidad. Según algunos expertos, en ese lugar de mayor plasticidad, hay mucho más potencial para generar nuevos patrones de comportamiento y experiencia.
En resumen, hay esperanzas de que nuevos tratamientos puedan dar alivio a millones de personas que se encuentran discapacitadas por sufrir de depresión severa, especialmente después de la pandemia. Si usted o algún conocido sufre de depresión, marque el 113, opción 5 para hablar con un profesional de salud mental.