En las últimas semanas se ha conocido de cientos de casos de hepatitis en niños de más de 20 países. Dos estudios serios sobre el tema, basados en evidencia científica, fueron publicados y haremos un resumen de ellos.
Primero, en ninguna de las publicaciones se relacionan los casos de hepatitis infantil a las vacunas contra COVID-19. Eso porque, como ocurre con frecuencia en situaciones inexplicables, los antivacunas aprovechan para sembrar la duda y propalar noticias falsas en los medios sociales.
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Este asunto de las hepatitis infantiles no es una excepción: los medios sociales están difundiendo noticias falsas relacionando las vacunas con la hepatitis. Eso es falso, porque la gran mayoría de niños afectados tiene menos de 5 años, grupo sin vacunas aprobadas para recibir.
Hepatitis
Las hepatitis –del griego ‘hepatos’, hígado, e ‘itis’, inflamación– constituyen un grupo grande de enfermedades causadas por diversos elementos, que van desde agentes infecciosos hasta intoxicaciones por sustancias o medicinas, y que pueden afectar a personas de cualquier edad.
Las más comunes son las virales, causadas por los virus HAV (hepatitis A), HBV (hepatitis B) y HCV (hepatitis C), y existen además las D y E. Otras causas incluyen algunos otros virus e intoxicaciones por fármacos, como el acetaminofén o paracetamol.
Los síntomas más frecuentes de hepatitis infantil son náuseas, vómitos, dolor abdominal, letargia y coloración amarillenta de las escleróticas de los ojos y la piel.
“La principal hipótesis implica a un adenovirus como el causante de esta hepatitis infantil, aunque es muy temprano para sacar conclusiones”.
El estudio británico
El informe publicado el 6 de mayo por la United Kingdom Health Security Agency (UKHSA) es, hasta el momento, el más completo sobre el tema. Describe los primeros 163 casos en niños menores de 16 años en el Reino Unido hasta el 3 de mayo. Esa agencia considera como caso confirmado al menor de 10 años que, desde el 1 de enero del 2022, se presentó con un examen de enzima hepática mayor de 500 IU/L, y a quien se le ha descartado hepatitis viral u otras causas conocidas. El caso probable incluye a niños menores de 15 años.
Hasta el 3 de mayo, se han identificado 163 casos confirmados y posibles en el Reino Unido, de los cuales ninguno ha muerto. Once casos diagnosticados entre el 21 de enero y el 3 de mayo del 2022 requirieron un trasplante de hígado para salvar su vida.
Tras conducir elaboradas entrevistas con los padres de los niños, datos de los primeros 60 pacientes en Inglaterra no demostraron exposiciones comunes en relación con viajes, estructura familiar, ocupación de los padres, dieta, fuente de agua o exposiciones potenciales a sustancias tóxicas. Tampoco hubo asociación con inmunosupresión previa. Se encontró, además, un número relativamente alto de familias con perros (64 de 92 o el 70%). Al ser común en el Reino Unido, ese dato está en revisión.
Tres de cada cuatro niños afectados refirieron el consumo de paracetamol, algunos de ibuprofeno y ninguno de aspirina. Solo 14 de 100 casos tuvieron evidencia de infección por SARS-CoV-2, y cinco de ellos tuvieron la variante BA.2.
Por último, con respecto a la vacunación contra el COVID-19, el reporte dice que ninguno de los niños menores de 5 años (75% de los casos) fue vacunado, y menos de cinco, en casos mayores de 5 años, recibieron la vacuna antes del inicio de la hepatitis. La agencia concluye que no hay evidencia de vínculo entre la vacunación contra el COVID-19 y la hepatitis infantil.
El agente patógeno más comúnmente detectado fue un virus de la familia adenovirus, y se encontró en 91 de 126 casos examinados (72%). De los 33 adenovirus tipificados, 18 (55%) fueron del tipo F41. Los adenovirus suelen causar infecciones respiratorias, y muy raramente hepatitis en niños inmunocomprometidos.
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Estudio de EE.UU.
En una publicación del reporte semanal de morbilidad y mortalidad (MMWR) del 6 de mayo, los CDC de EE.UU. describen los nueve primeros casos encontrados en Alabama, entre octubre del 2021 y febrero del 2022. La edad promedio fue de casi 3 años, con un rango entre 1 y 5 años. En todos los casos, se detectó el adenovirus 41. En relación con el COVID-19, ninguno de los niños había tenido la enfermedad y, por su edad, tampoco recibió la vacuna.
Corolario
De acuerdo con la OMS, hasta el 7 de mayo se han reportado 228 casos probables en 20 países (ocho en Argentina), de los cuales 18 han recibido un trasplante de hígado y uno ha muerto. Hasta el 6 de mayo, EE.UU. está investigando 109 casos probables.
El Ministerio de Salud del Perú lanzó una alerta epidemiológica, con la intención de que los profesionales de la salud estén atentos a los casos que se puedan presentar.
Hasta el momento, la principal hipótesis implica a un adenovirus como el causante de los casos de hepatitis infantil, aunque es muy temprano para llegar a conclusiones. Debe seguirse investigando el papel potencial de la infección por el SARS-CoV-2 como elemento predisponente a desarrollar hepatitis, y el rol de algún componente toxicológico.
Lo que sí es muy claro es que las vacunas contra COVID-19 no están implicadas en los casos. Si alguien le sugiere eso, desmiéntalo inmediatamente.
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