La escasez de agua y los efectos del cambio climático comprometen cada vez más la vida de las personas en el campo en distintos países de África, cuyos gobiernos buscan una mayor cooperación internacional, advirtieron hoy varios de sus representantes en Roma.
En distintas zonas de Chad, los limitados recursos hídricos hacen que sea muy poca la tierra cultivable y que los hombres tengan que abandonar a sus familias para buscar empleo en otras partes, apuntó el inspector general del Ministerio de Agricultura de ese país, Omar Patcha.
Al frente del núcleo familiar se quedan las mujeres, quienes se reagrupan para salir adelante, indicó Patcha, que destacó el trabajo de las autoridades con las organizaciones internacionales para aumentar la producción de alimentos y mejorar las condiciones de vida en los lugares afectados por la falta de agua.
Esta realidad también se da en países vecinos como Níger, añadió el subsecretario ejecutivo del Comité interestatal para el control de la sequía en el Sahel, Ibrahim Idi-Isa, en una charla sobre la resiliencia en las tierras áridas de África celebrada en la sede de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Roma.
El responsable de esta organización, creada en 1973 y que engloba a trece países de la zona, subrayó que se necesitan infraestructuras sociales y económicas para evitar, por ejemplo, que los jóvenes nigerinos dejen el campo, como sucede cuando ven que no hay producción agrícola.
En ese sentido, abogó por identificar las causas del problema, determinar las prioridades de cada país para intentar que todas las partes se muevan en la misma dirección y adaptarse al "choque" que suponen los cambios medioambientales.
Cambio climático
El subdirector regional de la oficina de la FAO para África, Bukar Tijani, resaltó que cada vez se viven estaciones más secas y otras más húmedas, al tiempo que el cambio climático está modificando la adaptación de pastores, agricultores y pescadores, entre otros.
Aseguró que la situación es crítica en el Cuerno de África (este) y en la zona del Sahel, que recibe menos de 200 milímetros de precipitaciones al año (prácticamente nada) y que sufre grandes movimientos de arena.
Entre las acciones que se están llevando a cabo, el viceministro de Agricultura de Zimbabue, Paddy Zhanda, destacó la ayuda recibida de la FAO, el Banco Mundial y países como el Reino Unido y Brasil para el funcionamiento de sistemas de irrigación en su país.
Mientras, la jefa de la delegación europea ante las agencias de la ONU en Roma, Laurence Argimon-Pistre, subrayó la importancia, como donante, de coordinar mejor la ayuda humanitaria con la destinada al desarrollo.
Fuente: EFE