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Mark Zuckerberg
Elmer Huerta

Una de las prerrogativas que tienen las personas que han amasado grandes fortunas es la de disponer del destino de su dinero. Algunas deciden usarlo en avanzar sus ideas políticas, y dos ejemplos de esta categoría son el magnate húngaroestadounidense George Soros, quien dedica parte de su fortuna a avanzar sus ideas liberales; y los hermanos Charles y David Koch, quienes utilizan su fortuna para avanzar sus ideas conservadoras.

Pero otros multimillonarios destinan sus fortunas a actividades filantrópicas dirigidas a avanzar sus ideas en el . En ese sentido, muchas fortunas se donan directamente a hospitales, centros de investigación u otro tipo de actividad puntual. La revista “The Chronicle of Philanthropy”, por ejemplo, mantiene una base de datos con la lista de los millonarios norteamericanos que donan su dinero a organizaciones ya establecidas, y en ella se pueden ver –año a año– centenares de donaciones, que van desde algunas decenas de miles de dólares hasta enormes cantidades que se miden en millones. En el 2017, la donación más grande del año la hizo Florence Irving en nombre de su fallecido esposo, el magnate Herbert Irving, a la Universidad de Columbia en NuevaYork. Ella donó 600 millones de dólares.

Por otro lado, muchos multimillonarios –con la ayuda de un régimen tributario que lo facilita– crean sus propias fundaciones, las que disponen entonces de una inagotable cantidad de dinero, la cual proviene de la fortuna de su creador. Tres modernos ejemplos nos ilustran este último tipo de modalidad filantrópica: las fundaciones de
Bill y Melinda Gates, de Michael Bloomberg y de Mark Zuckerberg y su esposa Priscilla Chan.

(Ilustración: Antonio Tarazona / El Comercio)
(Ilustración: Antonio Tarazona / El Comercio)

–La fundación de Bill y Melinda–

El multimillonario , fundador de Microsoft y –según el portal Forbes– el segundo hombre más rico del mundo, creó la fundación privada Bill y Melinda Gates en el 2000. Esta tiene como lema: “Todas las vidas tienen igual valor. Somos impacientes optimistas trabajando para reducir las desigualdades”. Con más de 44 mil millones de dólares de presupuesto, la fundación tiene tres grandes áreas de acción en el ámbito global: salud, educación y reducción de desigualdades. Cuenta con el apoyo económico de otro de los hombres más ricos del mundo, el multimillonario Warren Buffett.

Su área de trabajo más importante es la lucha contra la malaria y la tuberculosis, pero dona millones de dólares a actividades de erradicación de la poliomielitis, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI, por sus siglas en inglés), la lucha contra enfermedades infecciosas olvidadas, programas de agua e innovaciones en la eliminación de excretas, iniciativas de preparación contra desastres, etc.

–La iniciativa Zuckerberg-Chan–

Fundada en el 2015 por el creador de , , y su esposa, Priscilla Chan, tiene como lema: “Cada niño debería crecer en un mundo mejor”. Tiene dos objetivos principales: desarrollar las potencialidades y promover la igualdad de oportunidades de los seres humanos. La fundación se inició con una pasmosa donación del 99% de los activos de Facebook, calculada en 45 mil millones de dólares, y tiene tres áreas de acción: ciencia, educación y justicia, y oportunidad. La iniciativa más ambiciosa en el campo de la salud es el desarrollo tecnológico para hacer posibles la curación, la prevención y el manejo de todas las enfermedades al final de este siglo XXI. Otras iniciativas son el desarrollo del atlas más completo de células humanas, la alianza de las universidades de Stanford, Berkeley y San Francisco, y la red de investigación para luchar contra las enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer y Parkinson.

–La filantropía de Bloomberg–

Fundada en el 2006 por el multimillonario –creador del imperio tecnológico que lleva su nombre–, tiene cinco áreas de acción: salud pública, medio ambiente, educación, innovaciones en gobernabilidad y desarrollo de las artes y humanidades. Bloomberg ha prometido donar casi toda su fortuna –estimada en 49 mil millones de dólares– a la organización.

Elegido el alcalde número 108 de Nueva York en el 2001, Bloomberg cumplió tres mandatos consecutivos desde el 2001 hasta el 2013. Consciente del impacto de las enfermedades crónicas (cáncer, enfermedades del corazón y diabetes), promovió pioneras causas de salud pública como gobernante. La prohibición de fumar en bares y restaurantes –iniciada en el 2003– fue agresivamente combatida por la industria del tabaco, pero es una disposición muy apreciada por
los neoyorquinos en la actualidad. En el 2005, obligó a establecimientos públicos y privados a construir más baños públicos para las mujeres. En el 2006,–venciendo la oposición de las industrias de alimentos y de restaurantes– hizo que Nueva York se convirtiera en la primera ciudad en prohibir las grasas trans, sustancia que causaba 100.000 muertes al año en ese país. En el 2012,
dispuso que los envases de gaseosas que se vendan en la ciudad no contengan más de 473 centímetros cúbicos, iniciativa que fue rechazada en el 2013 por el Poder Judicial.

A través de su organización filantrópica, Bloomberg es el campeón internacional en el control del tabaco y la obesidad, y ha ayudado al
Gobierno Mexicano a aprobar un impuesto a las bebidas azucaradas, lo cual se tradujo en una disminución del 12% en el consumo de esas dañinas bebidas.

–Corolario–

Es remarcable que personas nacidas en el corazón del sistema capitalista usen sus fortunas para ayudar a corregir desigualdades de salud en países pobres. Es importante entender que quienes simpatizan con los objetivos de esas fundaciones no pueden ser considerados ni lobbistas ni gente antisistema –como algunos despistados afirman–, sino personas que –al igual que los fundadores de esas organizaciones filantrópicas– abogan por el avance de la salud pública y la protección del indefenso.

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