Reconstrucción artística de Scaphokogia totajpe. (Ilustración: Jaime Bran Sarmiento/Museo de Historia Natural de la UNMSM)
Reconstrucción artística de Scaphokogia totajpe. (Ilustración: Jaime Bran Sarmiento/Museo de Historia Natural de la UNMSM)
Redacción EC

Un equipo de investigadores halló una con una extraña cabeza, que vivió hace 7 millones de años en el mar peruano, informó el Museo de Historia Natural de la UNMSM.

La nueva especie, hallada en la localidad de Montemar, Sacaco, Arequipa, ha sido denominada Scaphokogia totajpe, de la lengua müchik “tot” y “ajpe”, que en español significa “cara grande”, convirtiéndose en la primera especie bautizada en esta lengua oriunda del Perú.

Reconstrucción artística de Scaphokogia totajpe. (Ilustración: Jaime Bran Sarmiento/Museo de Historia Natural UNMSM)
Reconstrucción artística de Scaphokogia totajpe. (Ilustración: Jaime Bran Sarmiento/Museo de Historia Natural UNMSM)

Este nuevo descubrimiento reafirma la hiperdiversidad de la comunidad de cetáceos de la Formación Pisco, uno de los más importantes yacimientos de fósiles marinos excepcionalmente preservados en el mundo, asegura la entidad en un comunicado.

La investigación estuvo a cargo del biólogo Aldo Benites-Palomino, del Museo de Historia Natural de la UNMSM y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en Panamá; del Dr. Jorge Velez-Juarbe, del Museo de Historia Natural de Los Ángeles; del Dr. Rodolfo Salas-Gismondi, del Museo de Historia Natural de la UNMSM y de la Universidad Peruana Cayetano Heredia; y el paleontólogo de campo Mario Urbina, del Museo de Historia Natural de la UNMSM.

Aldo Benites-Palomino, quien lidero la investigación, junto al craneo del holotipo. (Foto: Museo de Historia Natural de la UNMSM)
Aldo Benites-Palomino, quien lidero la investigación, junto al craneo del holotipo. (Foto: Museo de Historia Natural de la UNMSM)

Vivió en uno de los sitios más diversos del planeta

Este extraño animal, del cual se da cuenta en el , vivió en un tiempo en que el mar peruano era uno de los sitios más diversos del planeta, incluyendo numerosas especies de aves marinas, peces, tiburones, focas, perezosos nadadores y cetáceos. Entre toda esta diversidad de animales, uno de los grupos más diversos y exitosos fueron los cachalotes (Physeteroidea). A diferencia del resto de cetáceos dentados, los cachalotes se caracterizan por tener un cráneo con los orificios nasales externos de distinta proporción. El orificio nasal izquierdo es gigante y su uso exclusivo es para la respiración; el derecho esta conectado a una serie de órganos (complejo nasal) muy especializados, responsables de la emisión sonora.

A fin de soportar estos órganos tan especializados en la cabeza, el cráneo de estos animales se ha deformado a manera de plato. Contrariamente a sus parientes actuales que solo se alimentan de calamares por succión, 7 millones de años atrás había distintas especies de cachalotes que se alimentaban en todos los niveles de la cadena alimenticia. Desde pequeños animales piscívoros como el Koristocetus pescei o depredadores medianos como el Acrophyseter deinodon, hasta gigantescos hipercarnívoros como el célebre Livyatan melvillei.

El nuevo cachalote fósil poseía una anatomía craneana muy compleja, que planteaba muchas interrogantes. Este cachalote pigmeo destaca debido a que tenía el cráneo excavado a manera de taza, lo que indicaba que tenía una gran nariz; y poseía un hocico muy grueso a manera de ladrillo.

Craneo de Scaphokogia totajpe en vista dorsal (arriba) y vista ventral (abajo) (Foto: UNMSM)
Craneo de Scaphokogia totajpe en vista dorsal (arriba) y vista ventral (abajo) (Foto: UNMSM)

Tras analizar meticulosamente la anatomía craneana de este nuevo animal, el equipo se dio con una sorpresa: este se estaba alimentando de una manera muy distinta a la de sus parientes modernos. Los huesos del cráneo revelaban que los músculos eran mucho más fuertes que los de sus parientes modernos (cachalotes enano y pigmeo).

El rostro tenía ese aspecto tubular, debido a que el hueso se encontraba engrosado en la parte inferior, a manera de lastre; esta condición se veía favorecida debido a que el hocico estaba desviado hacia abajo. Esto sugería que este animal se alimentaba cerca al fondo del mar, en los ambientes poco profundos en que vivía.

El gran desarrollo de su complejo nasal le permitía hallar y cazar a sus presas (pulpos y peces de la familia Soleidae, comúnmente conocidos como lenguados) cerca del lecho marino. Junto al estudio de esta nueva especie, el equipo también redescribió a Scaphokogia cochlearis, base a nuevos restos fósiles.

Este nuevo cachalote enano se añade a la ya hiperdiversa comunidad de cetáceos de la Formación Pisco, indicando que durante el Mioceno tardío este ambiente benefició notoriamente la diversificación de estos mamíferos marinos, especialmente los cachalotes.

TE PUEDE INTERESAR

Síguenos en Twitter:



Contenido sugerido

Contenido GEC