(Foto: BBC/Carlos Grijalva)
(Foto: BBC/Carlos Grijalva)
BBC News Mundo

Nuestro color de ojos o nuestro grupo sanguíneo están determinados por nuestra genética. ¿Pero en qué medida nuestra personalidad lo está también?

¿Está nuestro destino escrito en nuestro ? ¿Hay algo que podamos hacer para cambiarlo?

Estas son algunas de las preguntas que inquietan a Miguel Pita, doctor en Genética y Biología Celular, investigador y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, y que trata de responder en un lenguaje coloquial y tomando ejemplos de la vida cotidiana en su primer libro "El ADN Dictador".

Pita conversó sobre este tema con BBC Mundo el 9 de noviembre en el marco del Festival Hay en Arequipa, Perú.

Antes de viajar, el genetista accedió a responder las preguntas de los lectores. Esto fue lo que respondió.

1.¿Qué es lo que influye más en el temperamento de una persona, la genética o el entorno social donde nació y se desarrolló? (Jordi Navarrete Mijangos, Coatzacoalcos, México)

El temperamento no es algo que se mida, por lo tanto es difícil de estudiar científicamente. El temperamento es un conjunto de muchos factores que tienen que ver por ejemplo con la capacidad de factores que sí son medibles, como la agresividad o la sociabilidad.

En cada uno de ellos la genética tiene un pequeño papel y el ambiente otro pequeño papel. En algunos es más grande la genética y en otros el ambiente.

Miguel Pita
Miguel Pita

Lo importante es saber que aunque estos rasgos estén determinados hasta cierto punto por la genética, el ambiente siempre va a aportar la última palabra y siempre vamos a poder ser capaces de sobreponernos a ese dictado de la genética.

Aunque uno tuviese un temperamento en el cual su genética lo hace más agresivo, esa persona puede sobreponerse a esa agresividad y no tiene por qué comportarse agresivamente.

2.Si heredamos la mitad del padre y mitad de la madre, ¿existe algún indicio de que heredemos las cualidades más fuertes,o es meramente una cuestión de azar qué heredamos de cada uno? (Samuel Núñez, Sucre, Bolivia)

El reparto de la genética que heredamos del padre y de la madre es completamente al azar.

(Foto: Max pixel)
(Foto: Max pixel)

Es el 50%, pero después se pasa por un proceso de barajado de genes –que se llama recombinación– con lo cual resulta mucho más complejo saber qué heredamos de cada uno.

Es falso pensar que unos rasgos vienen generalmente del padre y otros de la madre. Pueden proceder de cualquiera de ellos.

3.¿Permiten los genes heredar los talentos musicales, baile o pintura de los parientes? (Frank Barón, Bogotá Colombia)

Sí. El talento -particularmente el que roza la genialidad- tiene una carga genética muy fuerte y, en menor grado, todo tipo de talentos.

El oído musical, por ejemplo, es muy variable entre los individuos porque algunos tienen una genética muy oportuna para tener muy buen oído y otros no.

Trabajando se puede avanzar mucho, pero uno nunca llegará a ser un genio de la música si no tiene los genes para ello, dice Pita. (Foto: Max Pixel)
Trabajando se puede avanzar mucho, pero uno nunca llegará a ser un genio de la música si no tiene los genes para ello, dice Pita. (Foto: Max Pixel)

Trabajando esto se puede avanzar. Pero si no tienes los genes adecuados nunca llegarás a ser Mozart.

Si no tienes lo genes adecuados pero asistes a clases de solfeo y te esfuerzas vas a poder llegar a tocar muy bien un instrumento pero con mucho más esfuerzo que alguien que nace con los genes adecuados.

Y con el baile pasa algo parecido.

4.Hablando con estudiantes de 7º (11 y 12 años) me preguntaron: ¿Por qué si descendemos de los monos, los monos no han seguido evolucionando? (Daniel Zúñiga, Neuquén, Argentina)

Es una pregunta muy interesante y que además ha creado confusión a lo largo de la historia.

Por supuesto que los monos han seguido evolucionando. Nosotros descendemos de los monos, pero no de los chimpancés.

Los chimpancés y nosotros compartimos un ancestro. Nosotros hemos acumulado más cambios que los que han acumulado ellos, pero los chimpancés también son distintos de sus ancestros, aunque simplemente menos distintos.

Lo determinante en la cantidad de cambios es el azar, aunque ellos se han mantenido siempre en el mismo ambiente en el que estaba nuestro ancestro, y por eso no ha habido tanta presión para que se mantengan o aparezcan tantos cambios como en nosotros que hemos ido colonizando todo el planeta.

Igual es interesante recalcar que también nosotros y los monos descendemos de bacterias que había hace 3.500 millones de años y algunas evolucionaron tanto que fueron cambiando hasta dar lugar a monos y humanos y otras se han quedado casi como estaban sin variar, porque no les ha hecho falta.

5.¿Podría alguna vez la ciencia crear, mediante la modificación del ADN, al ser humano "perfecto"? Aquel que tenga los rasgos físicos considerados como "atractivos", uno que no se enferme, una persona con un temperamento equilibrado e inteligencia superior? (Mauricio Melgarejo, Asunción, Paraguay)

Sí y no, porque hoy en día tenemos las herramientas que permiten modificar el ADN a la carta, es decir para crear el ser humano que quisiésemos, pero no tenemos todo el conocimiento para hacerlo.

(Foto: Kessler Air Force Base)
(Foto: Kessler Air Force Base)

Por otro lado no sé si sabríamos definir qué es el ser humano perfecto. Si lo tuviésemos muy claro lo podríamos crear, pero tendríamos que hacer tantos cambios en la genética y tomar tantas decisiones porque querríamos colocar en él tantísimos rasgos que probablemente nos acabaríamos equivocando.

Y, aun así, habríamos creado al ser humano genéticamente perfecto, pero después ese ser humano tendría que salir a la calle y vivir su vida y podría tomar decisiones que no fuesen las que habíamos anticipado.

6. ¿Se puede mejorar nuestra genética? (Paola Rondón, Molfetta, Italia)

No se puede cambiar la genética de los individuos adultos porque tenemos una copia de nuestro ADN en cada uno de nuestros billones de células. Si tuviésemos por ejemplo un gen alterado que produjese una enfermedad no podemos reparar ese gen en billones de células.

Lo que se está poniendo en práctica hoy día –y las herramientas funcionan aunque todavía no se llevan a término los embriones– es que cuando los individuos no son más que una masa de pocas células –1, 2, 4, 8– modificar los genes que se ha detectado que están alterados.

(Foto: Kessler Air Force Base)
(Foto: Kessler Air Force Base)

Hoy se están haciendo estos experimentos científicos para poner a punto la técnica y este año se ha logrado erradicar dos enfermedades en embriones cambiando el gen que produce en este caso la muerte súbita y con la beta-talasemia (una enfermedad de la sangre) por un gen que era funcional.

Si ese embrión hubiese llegado a término, ese ser vivo habría modificado genéticamente un gen erróneo porque todas las células se copiaron desde que se hizo el cambio, estarían reparadas.

7.¿Los trastornos mentales como la bipolaridad, la esquizofrenia, la depresión, la bulimia o la anorexia, pueden ser heredados genéticamente? (Antonio Paz, Caracas, Venezuela)

Cuando se hacen análisis de la influencia genética de las características lo ideal es analizarlo una por una y no generalizar.

(Foto: Pixabay)
(Foto: Pixabay)

Todos estos trastornos -y algunos están bien estudiados como la esquizofrenia o la depresión- tienen un alto componente genético. Es decir, nuestros genes llevan una probabilidad alta de desarrollarla o no que se termina de modular por la influencia del ambiente.

La esquizofrenia, en particular, tiene una heredabilidad muy elevada.
Pero el problema por el cual (estas enfermedades) son difíciles de estudiar es que están determinadas por muchísimos genes, a veces miles.

8.Si es que nuestro ADN influye en nuestras decisiones, ¿es posible saber también sobre las decisiones que tomaron nuestros antepasados? (Luis Loayza, Lima, Perú)

La respuesta en cuanto a si influye en nuestras decisiones es que hasta en cierto punto. Y la respuesta a lo segundo es no.

Pero hay que matizar. Digo que influyen hacia cierto punto porque nuestra genética por ejemplo puede hacernos más o menos osados.

No hay un gen de la osadía pero hay un conjunto de situaciones genéticas que hacen que alguna gente sea más temeraria.

Entonces, eso podría influir pero siempre los temerarios como los no temerarios con su voluntad podrían alterar las decisiones de sus impulsos genéticos.

En cuanto a las decisiones de nuestros antepasados no, porque los actos de los individuos no se recogen en su genética.

Un acto voluntario no deja una huella en la genética. Otra cosa es que tu genética se modifique por estar expuesto a una radiación, eso modifique el ADN y ese ADN lo reciba tu descendencia.

Pero no un acto voluntario. Las decisiones que tomamos no pasan a nuestros descendientes.

Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Arequipa, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad peruana entre el 9 y el 12 de noviembre.

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