Un equipo de investigadores descubrió una nueva especie de serpiente que es capaz de atacar a sus presas sin abrir la boca, gracias a sus particulares colmillos móviles, según una estudio publicado en la revista "Zoosystematics and Evolution".
Se trata de la Atractaspis branchi, que recibe su nombre en honor al herpetólogo sudafricano William Branch. Este reptil puede esconder sus colmillos dentro de sus fauces o sacarlos y colocarlos a los lados de su cabeza. Esto le permite inocular el veneno a su víctima de lado, un método de ataque raro entre este tipo de animales.
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La serpiente, según detallan científicos del Museo de Historia Natural de Berlín, es endémica de la selva de Guinea y Liberia y pertenece al género de las serpientes stiletto, las únicas que poseen este tipo de colmillos en el mundo. Se desconocen si se encuentran en peligro de extinción.
Además de su extraña habilidad para atacar a sus presas, puede saltar grandes distancias, lo que la hace mucho más peligrosa. De ello pudieron ser testigos los investigadores que la descubrieron, pues al tratar de uno de estos ejemplares casi sufren una mordedura.
"En esta posición, la serpiente intentó atacar repetidamente. También trató de alejarse lentamente de nosotros, a la vez que se enrollaba bruscamente y se desenrollaba, a menudo saltando distancias que equivalen a casi toda su longitud corporal -de media, esta especie mide un metro de largo-, similar a las serpientes lobo del género Lycophidion", relatan los investigadores.
El veneno citotóxico de la serpiente puede causar una importante hinchazón, dolor intenso e incluso daño en los tejidos.
Su peligrosidad aumenta, pues, debido a que no se tiene antídoto para su veneno, las personas podrían perder sus dedos si son picadas.
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