(Imagen referencial: Shutter)
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Redacción EC

Investigadores europeos han detectado unas extrañas ondas de radio entre dos cúmulos de que van a chocar. Se trata de un fenómeno astronómico nunca antes visto y los científicos aún no saben por qué ocurre.

Los cúmulos de galaxias son las estructuras más grandes que existen en el universo sostenidas por la gravedad, contienen miles de galaxias y suelen formarse en la intersección de otras descomunales estructuras conocidas como filamentos, las cuales forman una especie de tela de araña conocida como red cósmica.

Las señales fueron detectadas por el satélite Planck en 2013 y 2016, y corresponden a la presencia de electrones que viajan casi a la velocidad de la luz por un campo magnético que conecta a ambos cúmulos de galaxias, separados por 1.000 millones de años luz de distancia, según explican los investigadores en un publicado en la revista Science.

“Normalmente vemos estas emisiones entre galaxias individuales o dentro de un cúmulo concreto, pero nunca se había visto una emisión entre dos cúmulos”, comenta Federica Govoni, astrónoma del Instituto Nacional de Astrofísica y líder de la investigación.

Cada uno de los cúmulos estudiados tiene una masa billones de veces mayor que el Sol. En estos momentos viajan en una trayectoria de colisión frontal a 1.000 kilómetros por segundo. “Es posible que la conexión que hemos observado sea un primer signo que confirma algo que ya sabemos: ambos cúmulos van a chocar y fundirse en uno solo, pero esto no sucederá hasta dentro de miles de millones de años”, dice Govoni.

El hallazgo es desconcertante para los astrónomos, pues un electrón solo podría recorrer el 3% de la distancia que separa a los dos cúmulos.

El siguiente objetivo del estudio es confirmar otras conexiones similares para conocer si las señales se deben a la presencia de objetos muy masivos y relativamente recientes en la historia del universo, como los agujeros negros que pueda haber entre ambos cúmulos, o bien, tal y como predice el estudio, las anomalías se formaron poco después del origen del universo hace miles de millones de años.

De lo que sí están seguros los científicos es que sería imposible que tales ondas hayan sido emitidas por cualquier inteligencia, ya que tendrían que ser capaces de recorrer 100 veces la distancia que hay de un extremo a otro de la Vía Láctea.

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