Ecologistas en Acción, Oceana y SEO/BirdLife han urgido hoy a mejorar la legislación que protege el medio marino y acciones para lograr un consumo de sus recursos más sostenible, en coincidencia con la celebración del Día Mundial de los Océanos.
Aunque en los últimos años han aumentado las leyes de protección ambiental, "el salto de la teoría a la práctica parece un paso arduo y no se puede bajar la guardia", afirma en una nota la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.
Según esta organización, el proceso de degradación de los ecosistemas marinos, de pérdida de la biodiversidad y de contaminación de mares y océanos son problemas derivados de la "escasa" implementación de la normativa medioambiental, que se añade a la reducción de la financiación destinada a proyectos de protección y conservación marina.
La protección de la pared balear, la especie de ave más amenazada de Europa, es un caso paradigmático para SEO/BirdLife ya que a pesar de que se ha aumentado el conocimiento sobre la especie, son "muy pocas" las actuaciones que se han llevado a cabo para su protección, y la mayoría han sido a cargo de iniciativas independientes a la administración.
"Los nuevos espacios de la Red Natura 2000 aún no tienen planes de gestión que garanticen su conservación, aunque existe un compromiso por parte del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para elaborarlos" en un futuro, ha declarado Ruiz.
Por su parte, Ecologistas en Acción ha alertado sobre la necesidad de implantar un marco legal que acabe con el uso de los océanos como "una fuente inagotable de recursos a la vez que un sumidero permanente de todos los desechos".
Según un comunicado de la ONG, los océanos son considerados a menudo como "las alfombras donde se puede esconder la basura" y de hecho, señalan que el 80 % de los residuos que albergan los mares procede exclusivamente del medio terrestre.
Las actividades humanas suponen una amenaza para el equilibrio de los ecosistemas marinos, ya sea por el elevado tránsito de buques o por las prácticas de pesca basadas en la extracción de grandes cantidades de peces o en técnicas que perjudican el entorno.
Esos impactos se han incrementado y han generado una "gran pérdida de la biodiversidad", pues se calcula que a escala global, los ecosistemas del litoral sumergido desaparecen a un ritmo de entre 4 y 20 veces superior al de los bosques tropicales.
Además de configurar un marco legal sancionador para esas prácticas, Ecologistas en Acción apuesta por una transición hacia "pesquerías selectivas con bajo impacto ambiental y un acceso a los recursos pesqueros respetando los criterios ambientales y sociales".
La ONG Oceana ha optado por concienciar a los ciudadanos sean responsables en su consumo para ayudar a salvar a los océanos y alimentar al mundo.
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