El planeta Tierra está cubierto de grandes océanos, lagos y ríos que brindan vida. Uno de los grandes misterios que fascina a científicos es conocer de dónde viene toda esa agua. Una de las teorías más aceptadas es que sus elementos: hidrógeno y oxígeno llegaron del espacio a bordo de asteroides y cometas. Sin embargo, puedo haber existido otra fuente que había pasado inadvertida que es más antigua que nuestro planeta.
Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (EE. UU.) añade la nebulosa de formación del sol. “Los cometas contienen mucho hielo y, en teoría, podrían haber proporcionado algo de agua”, indicó Steven Desch, astrofísico y uno de los científicos del equipo. Añade que los asteroides también son una fuente de agua, no tan rica, pero sí abundante.
No obstante, existe otra forma en la que el agua pudo formarse en los primeros tiempos del Sistema Solar. “Debido a que el agua es hidrógeno más oxígeno, y el oxígeno es abundante, cualquier fuente de hidrógeno podría haber servido como origen del agua de la Tierra”, añade el investigador.
En el inicio, el gas de hidrógeno era el ingrediente principal de la nebulosa solar, los gases y polvo formaron el sol y los planetas. Si el abundante hidrógeno en la nebulosa se combinaba con el material rocoso de la Tierra a medida que esta se formaba, este podría ser el último origen de nuestros océanos. “A la nebulosa solar se le ha prestado la menor atención entre las teorías existentes, aunque era el reservorio predominante de hidrógeno en nuestro sistema solar primitivo”, explica Jun Wu, autor principal del artículo publicado en la revista “Journal of Geophysical Research”.
Este nuevo hallazgo encaja a la perfección con las teorías actuales sobre cómo se formaron el sol y los planetas. También tiene implicaciones para los planetas habitables más allá del sistema solar.
Los astrónomos han descubierto más de 3.800 mundos que orbitan otras estrellas y no suelen ser muy diferentes de los nuestros. Estos exoplanetas podrían haberse formado lejos de las zonas donde podrían haber surgido asteroides ricos en agua y otros bloques de construcción. Pero, aún podrían haber recolectado gas hidrógeno de las nebulosas de sus propias estrellas, como lo hizo la Tierra.
“Nuestros resultados sugieren que la formación de agua es probablemente inevitable en planetas rocosos suficientemente grandes en sistemas extrasolares”, es la conclusión de los científicos.