"Este lago del nordeste de los Himalayas parece el lugar más azul del mundo desde la Estación Espacial Internacional (EEI)", escribió el astronauta estadounidense Scott Kelly en su cuenta de la red social Twitter.
Y la fotografía que acompaña al comentario muestra una masa de agua en forma de corazón de un azul tan brillante que parece manipulada con Photoshop u otro programa de edición de imágenes.
Es una foto del lago Cuo Womo, en ocasiones transcrito Co Ogma o simplemente lago Womo, y el astronauta no la retocó ni utilizó ningún filtro para tomarla.
La laguna, con una longitud máxima de siete kilómetros y una extensión de 22 kilómetros cuadrados, se encuentra a 4.970 metros de altitud en Rikaze, una región prácticamente desplobada del Tíbet.
El agua que lo llena proviene de lluvia que discurre por la superficie y termina acumulándose.
No llueve mucho en la zona (300 litros por metro cuadrado), pero la temperatura fría, con una media anual de dos grados centígrados, ayuda a su conservación.
Y la forma en la que el agua absorbe las radiaciones del Sol es lo que da al lago su particular color.
Scott Kelly, astronauta de la NASA y capitán retirado de la Marina de Estados Unidos, es un veterano de las misiones espaciales. Este es su tercer paseo más allá de la estratosfera.
En marzo de este año llegó a la EEI, pero no era la primera vez que pisaba ese centro de investigación espacial que recorre el planeta a 28.000 kilómetros por hora.
Ya entre el 26 de noviembre de 2010 y el 16 de marzo de 2011 había estado a cargo de ese proyecto compartido por la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), la rusa (RKA), la canadiense (CSA) y la japonesa (JAXA).
Imagen de Scott Kelly.
Pero en esta ocasión se propuso encontrar el lugar más azul del planeta y compartirlo en las redes sociales, donde es casi tan activo como lo fue su colega, la astronauta italiana Samantha Cristoforetti.
Revisando las imágenes que colgó en su cuenta de Twitter (@StationCDRKelly), no fue solo en Cuo Womo donde encontró un azul tan intenso.
Bajo el hashtag o etiqueta #YearInSpace ha ido compartiendo imágenes de varios puntos de la Tierra vistos desde el espacio que comparten color con el lago del Tíbet.
Por ejemplo, una isla cuya ubicación no señala pero de la que dice: "Eres el azul de nuestra canica azul".
Ni lo son los islotes que le recuerdan a "un padre y su hijo".
Celestes son también la costa de la ciudad brasileña de Fortaleza, el Mar de China Meridional en el que están construyendo islas artificiales, o las aguas que rodean a Honolulú, en Hawái (EE.UU.), todas ellos lugares retratados por el astronauta y compartidos en Twitter.
La costa de la ciudad brasileña de Fortaleza es bien azul también.
Pero aunque se propusiera encontrar lo más azul del planeta, no se limitó a ese color.
Así, el astronauta comparte con regularidad imágenes de un verde intenso, como el de los campos del sureste asiático, un tono que, según él, aparece tímidamente pero cada vez con más frecuencia en los desiertos.
O aquellas que revelan los tonos tierra, tan rojizos, que predominan en África, "un continente hermoso y diverso".