La arquitectura sismorresistente que ha permitido que las edificaciones monumentales en Machu Picchu se mantengan por siglos le debe su origen a dos terremotos que ocurrieron durante su construcción, reveló un estudio publicado en la revista Journal of Seismology.
La investigación realizada por un equipo internacional de científicos determinó que los dos sismos de gran magnitud hicieron que los incas se conviertan en planificadores del territorio y desarrollen la gestión de riesgo de desastres.
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Los movimientos telúricos ocurrieron en el período del inca Pachacútec, detalló el proyecto de investigación Cusco-Pata del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet).
Los científicos analizaron tres templos en Machu Picchu y hallaron más de 140 señales de daños causados por sismos: grandes bloques de piedra se desplazaron y sus esquinas se astillaron. Para ello usaron métodos geológico-estructurales y de arqueosismología (Earthquake Archaeological Effects, EAEs).
"Toda la información está contenida dentro del edificio, lo que hacemos es extraerla e interpretarla. Gracias a esta técnica se han podido identificar los efectos de dos terremotos que tuvieron lugar durante la construcción de la ciudad”, explica a La Vanguardia Miguel Ángel Rodríguez-Pascua, parte del equipo de investigación.
Rodríguez-Pascua detalla que los efectos de los sismos se encuentran en la primera etapa de construcción de Machu Picchu y luego su modo de construcción cambia, lo cual muestra que los incas tenían la capacidad de adaptar sus conocimientos.
Carlos Benavente, coordinador de Cusco-Pata, dijo a la Agencia Andina que las edificaciones en zonas altas y la construcción de andenes ante la inestabilidad de taludes muestran que los incas fueron los primeros en aplicar un proceso de gestión de riesgo de desastres.
El equipo determinó además que los efectos de los sismos registrados en el sitio arqueológico están asociados a las fallas geológicas cercanas a Machu Picchu y no a la zona de subducción en la costa del Pacífico.
La información obtenida por el proyecto Cusco-Pata, que cuenta con la colaboración de expertos españoles, franceses, alemanes e ingleses, permitirá adoptar medidas preventivas para preservar Machu Picchu, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una de las siete maravillas del mundo.
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