En El Comercio continuamos con nuestra serie de entrevistas a personajes relevantes de la ciencia peruana. El extracto presentado a continuación forma parte de la nueva serie de podcast “Mentes Peruanas”, en donde buscaremos conocer lo que hay detrás de los científicos locales.
Incansable promotor de la ciencia y tecnología en el país, el doctor Modesto Montoya compartió con El Comercio su mirada sobre el papel de la ciencia peruana en esta pandemia. Considera fundamental un apoyo real a través de mejoras laborales para quienes se dediquen a la investigación.
— ¿Para usted, cómo ha sido la respuesta de la ciencia peruana ante la pandemia?
La ciencia es la única que nos puede sacar de este problema, tanto para las pruebas que nos permitan saber quién está contaminado como para el tratamiento. Todo tiene que ver con la ciencia. Pero el Perú es un país que científicamente ha estado muy atrasado y dependemos de lo que venga del exterior. Se nota claramente que la famosa independencia, que está por cumplir 200 años, fue política. Independencia científica y tecnológica no la tenemos. Por eso se ha visto evidenciada la necesidad de que nuestro país tenga ciencia.
“Todos los gobiernos nos han dado la espalda. El presidente Vizcarra tampoco ha mostrado interés”.
— ¿Esta pandemia servirá para que la ciencia sea mejor considerada en el país?
En ese caso soy pesimista, desafortunadamente. Por la historia de nuestro país, sabemos que hemos sufrido tantos problemas pero que cuando los superamos, nos olvidamos. Hay que recordar la guerra que tuvimos con Chile, luego de ello volvimos a lo mismo. Tras superar el tema del terrorismo, volvimos a los mismos problemas que lo generaron. Hay presidentes que han hecho gobiernos terribles y los reelegimos. Esto me hace pensar que, lamentablemente, no vamos a aprender. Lo digo con mucha tristeza. Más bien veo algo que está siendo más frecuente en el mundo: los jóvenes talentosos se están yendo del país hacia otros que ofrecen mejores condiciones. Eso es lo que está pasando lamentablemente.
— ¿Y entonces qué debería pasar para que en el Perú empecemos a preocuparnos e interesarnos más por los temas científicos?
Hace 40 años que me vengo haciendo esa pregunta. En todo este tiempo he tratado de promover que los políticos se interesen en la ciencia. Recuerdo cuando hace bastante tiempo, cuando Javier Alva Orlandini era presidente del Congreso [N. de R.: en la legislatura 1981-1982], fuimos a visitarlo, nos hicieron formar colas gigantescas y, al final, no nos atendieron. Luego, todos los gobiernos que vinieron después nos han dado la espalda. Incluso el presidente Vizcarra, que viene de la UNI, lo hemos invitado al Encuentro Científico Internacional (ECI), pero prefería ir a almorzar con la gente de la Marina en lugar de asistir. Él tampoco ha mostrado interés [por la ciencia]. ¿Cómo hacer para que esto cambie? Finalmente hemos tenido una visión totalmente rara, medio loca, de convocar a un partido de la ciencia. Es un partido para los jóvenes científicos y para aquellos que estén convencidos de que la ciencia nos va a sacar de la pobreza y va a evitar problemas. De modo que ya no confiamos en los políticos, sino que convocamos a la sociedad que trate de comprender el valor de la ciencia. El presidente Vizcarra, a pesar de que está señalando -y todos estamos de acuerdo- de que los gobiernos anteriores son responsables de lo que estamos viviendo, él tampoco hizo al inicio de su gobierno nada que pudiera iniciar un cambio total en el mediano y largo plazo. Tenemos que hacer una especie de evangelización científica.
— ¿Qué se debería hacer para mejorar la situación?
Desde hace cuatro décadas hemos propuesto la carrera del investigador, que es una carrera similar a la que tienen los militares, los diplomáticos o los jueces. Quienes hacen investigación tienen una ley que los ampara, tienen remuneración que les sirve para la jubilación. Recuerde que, por ejemplo, un militar termina su vida laboral y tiene una jubilación que le permite vivir. Un profesor o investigador de la universidad termina su trabajo y, como le ocurrió a mi amigo Julio Kuroiwa, le dan S/ 1.700 al mes. Si no hay esa carrera de investigador, ningún joven se va a decidir por la ciencia. Hemos ido avanzando, es verdad. Cuando empezamos esta batalla no había absolutamente nada. Después de protestar, del ECI, de enviar cartas, etc., el primer logro que obtuvimos por nuestra gestión fue que la Constitución de 1993 se incluyera el artículo 14 que dice “es deber del Estado promover el desarrollo científico y tecnológico del país”. Basado en eso se ha ido avanzando poco a poco. Ahora en las universidades estatales, de ganar S/ 1.000 pasamos a ganar S/ 3.000, en la época de [Alejandro] Toledo se pasó a S/ 6.000 y ahora estamos en S/ 7.500. Pero un profesor principal no se quiere ir de la universidad, porque si se jubila pasa a cobrar S/ 1.300. Entonces, ningún joven sabiendo el futuro de los científicos se atrevería a ingresar. Por eso, si es que queremos científicos de verdad, tiene que haber una ley del investigador que asegure ingresos apropiados y una buena jubilación. En este momento, que estamos en contacto con científicos peruanos en el mundo, los únicos que están un poco obligados a regresar son los que no encuentran trabajo afuera. Terminaron su doctorado, su posdoctorado y, si no encuentran trabajo, tienen que regresar. Si queremos cambiar, tiene que haber una ley del investigador con sueldos competitivos y una jubilación razonable.
“El presupuesto es solo necesario para pagar buenos sueldos y así atraer a los mejores”.
— ¿Considera que solo es un tema de inversión o qué otro tipo de transformación hace falta para que la ciencia se desarrolle en el país?
Seguramente usted estará de acuerdo conmigo, pues esto es lo que se escucha siempre en todos los foros: lo principal es el potencial humano. Si nosotros somos capaces de atraer a los mejores talentos a nuestro país, no es necesario presupuesto. Porque, si ellos son capaces, pueden obtener recursos del exterior para hacer múltiples proyectos y atraer capitales. Es importante saber que las grandes empresas multinacionales, tecnológicas, cuentan con fondos para invertir en lugares donde haya talento, gente preparada. Alrededor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) están las más grandes empresas tecnológicas del mundo. La razón es que estas compañías envían a sus ingenieros a hacer proyectos que les permitan mejorar sus productos. También se sabe que los grandes capitales se van a China, porque desde los setenta u ochenta, iniciaron un gran programa de ciencia y tecnología, y hay científicos de primerísima calidad, que se formaron en el occidente. El presupuesto solo es necesario para pagar buenos sueldos y así atraer a los mejores. Es como si se trajera a Messi a jugar al Perú: inmediatamente todos van a querer venir y jugar aquí. En el Perú hay ejemplos, de científicos que han traído del exterior recursos bastante elevados. Es el caso de Hugo García, de la Universidad Cayetano Heredia, que logró una millonaria inversión de la Fundación Bill & Melinda Gates para la resolver el problema de la cisticercosis en Tumbes. El objetivo real es contar con talentos en las universidades.
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