En El Comercio continuamos con nuestra serie de entrevistas a personajes relevantes de la ciencia e investigación peruana. El extracto presentado a continuación forma parte de la segunda temporada de la serie de podcast “Mentes Peruanas”, en donde buscaremos conocer lo que hay detrás de los científicos, investigadores y expertos peruanos de distintas disciplinas.
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Tiene una destacada carrera profesional y, recientemente, ha recibido el premio Esteban Campodónico en mérito a su labor como investigador en el campo de la microbiología.
El doctor Humberto Guerra formó parte del equipo fundador del instituto de medicina tropical Alexander von Humboldt y tiene una dilatada labor en la investigación de enfermedades prevalentes en el Perú como la verruga peruana, leishmaniasis, hepatitis B y delta, lepra, entre otras. Conversó con El Comercio sobre la emergencia sanitaria.
—¿Cómo considera que hemos manejado la pandemia en el país?
Es una pregunta difícil de responder. La verdad es que la información empezó a llegar de forma esporádica inicialmente. El grado de la emotividad de esa información era muy grande, había intenciones de enfatizar el peligro y se llegó a asustar a mucha gente. Por otro lado, esa información también llegó fraccionada y con mucho color, color local con las cuestiones que ocurrían en China, en otros países asiáticos, luego en Europa y en EE.UU. Pero aquí no se tenía en cuenta mucho el factor de cómo se estaba distribuyendo la infección en sí. Esa información fue llegando gradualmente. Entonces, cuando las autoridades sanitarias locales ya habían establecido algunas pautas, que se centraban sobre todo en la sanitización de superficies, ahora conocemos que el contagio en esta pandemia se da a través de aerosoles.
“Esta situación se está pareciendo a la de la influenza [...] Hemos pagado las consecuencias porque sigue siendo un mal muy grave”.
—Y eso termina desorientando al público...
Pero además se genera desconfianza hacia las informaciones y disposiciones que estuvieron basadas en mala o insuficiente información oficial.
—¿Qué tanto nos pegará esta tercera ola?
De todas maneras tendremos un impacto, pero no solo de la tercera, sino de una cuarta y quinta ola. Tendremos COVID-19 por varios años en el futuro. Pero, a medida de que se vayan protegiendo más las poblaciones en proporción suficiente como para impedir una transmisión fácil, se va a ir progresando pero las variantes seguirán apareciendo. Esta situación se está pareciendo a la de la influenza, en la cual cada año las personas susceptibles y los adultos mayores y quienes tengan algún factor de riesgo necesitan vacunarse. Eso es algo en lo que los propios profesionales de la salud nos hemos descuidado y nos hemos pasado años sin vacunarnos contra la influenza estacional. Hemos pagado las consecuencias porque sigue siendo una enfermedad muy grande. Esperemos que este SARS-CoV-2, una vez que termine su ciclo de preponderancia en el mundo, no llegue a ser un factor tan importante como la influenza.
—Pero sí hay que aceptar que tendremos al COVID-19 por mucho tiempo...
Y vamos a tener que seguir siendo precavidos, recibiendo vacunas y mejorando las capacidades del organismo para defenderse. Tal vez aparezca algo mejor que las vacunas en algún momento, pero todavía no hay ninguna molécula capaz de eliminar este nuevo coronavirus.
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