Misión Voyager: cuarenta años explorando hasta los confines del sistema solar

Las sondas Voyager 1 y Voyager 2 son las preferidas por los científicos de la NASA. Ambas han marcado un hito en la exploración espacial. Incluso hoy en día, cuarenta años después del inicio de su misión, las naves siguen aportando información a la humanidad sobre el sistema solar.

Lanzadas en agosto y septiembre de 1997 (Voyager 2 fue la primera en partir), las gemelas de la NASA tuvieron la misión de estudiar Júpiter y Saturno, pero en la actualidad han llegado a los confines del sistema solar, es decir, al espacio interestelar, en donde el campo magnético del Sol se acaba.

Por ende, estos artefactos espaciales se han convertido en los instrumentos artificiales más lejanos jamás enviados por el hombre.

Voyager 1 y 2 son iguales en sus especificaciones técnicas. Fueron provistas de generadores eléctricos nucleares, gracias a los cuales todavía continúan su recorrido. Asimismo, cuentan con antenas parabólicas de alta ganancia de 3,7 metros de diámetros, por las cuales envían mensajes a la Tierra.

Ambas pesan aproximadamente 826 kilos y en están equipadas con varias cámaras capaces de tomar imágenes desde el aspecto infrarrojo hasta el ultravioleta El material obtenido ha sido muy importante para el estudio del sistema solar, de hecho, la mayoría de las imágenes sobre este que poseen los libros pertenecen a las sondas.

A la fecha, han reportado numerosos descubrimientos entre ellos las primeras medidas y observaciones de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. De igual manera, las Voyager fueron las primeras en revelar la presencia de volcanes activos más allá de la Tierra.

También obtuvieron pruebas de un océano subterráneo en Europa (satélite de Júpiter); descubrieron las 24 lunas de Saturno, sus anillos y los campos magnéticos que rodean al planeta; y analizaron de cerca Titán, una exótica luna de este mundo, cuya atmósfera está cargada de nitrógeno - la cual los científicos considera que podría albergar vida basada en hidrocarburos-.

Hoy, las sondas siguen viajando hacia lo profundo del espacio a millones de kilómetros del planeta. Cada vez la comunicación con la estación terrestre se hace más difícil debido a la distancia y a que empiezan a perder alguna de sus funciones.

Alejados, casi en el último rincón del sistema solar, las gemelas se perderán en el vacío insondable y lo más probable es que pasen miles de millones de años sin encontrarse con nada.

Cabe resaltar, como dato curioso, que cada nave lleva en su interior un disco de oro –en aquella época no existían los CD- con un mensaje amistoso de la humanidad para cualquier civilización que pueda encontrarlo, así también, una gran cantidad de material que muestra características de la civilización humana. El disco fue ideado por un comité científico presidido por el astrónomo Carl Sagan.