“Necesitamos más variedades de semillas de granos andinos”
“Necesitamos más variedades de semillas de granos andinos”
Sandro Medina Tovar

Cada vez más los granos andinos están siendo valorados en el país y fuera de nuestras fronteras. Es por ello que desde hace casi cinco décadas, en el Programa de Cereales y de la Universidad Nacional Agraria La Molina investigan estos granos para que sean resistentes a climas adversos.

“Con el de más granos nativos como aquellos que no son tan conocidos no solo se favorecerá la nutrición de la población sino también habrá mayor excedente en la producción de estos productos para atender la demanda del mercado local e internacional”, explicó a El Comercio la doctora Luz Gómez Pando, directora del mencionado programa.

Experta en el estudio del mejoramiento genético de plantas dijo que requieren mayores fondos estatales para proseguir con su labor. De momento trabaja con fondos del programa Acuerdo Regional para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nucleares en América Latina y El Caribe (Arcal), el cual reúne a científicos de más de 15 países.

¿Qué técnicas usan para conseguir mutar las semillas de granos andinos?

Utilizamos la irradiación con rayos gama. Tras trabajamos de laboratorio, llevamos muestra de semillas al Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), donde cuentan con un sofisticado equipo denominado Gammacell 220. La irradiación atraviesa a la semilla y sale de ella. No la contamina. Lo que hacemos es manipular la semilla sin ningún problema, pues la radiación gama es como la radiación solar que atraviesa al hombre y no queda en nosotros.

¿Luego qué sucede?

Cuando la radiación atraviesa la semilla se puede afectar su ADN; entonces la secuencia de este ADN puede cambiarse o modificarse. Si no usamos esta estrategia científica para acelerar los cambios en las plantas, simplemente tendríamos que esperar que dichas mutaciones ocurran de manera natural. Para ello esperaríamos cientos o miles de años.

¿En cuántos años se realiza una mutación con esta tecnología?

Una variedad con esta tecnología se logra en unos cinco o siete años. Antes debemos encontrar el mutante valioso y multiplicarlo rápidamente. Debemos saber también que las mutaciones tienen diferentes niveles y los científicos podemos hacer mutaciones de tal forma que duplicamos y triplicamos el juego completo de cromosomas de las plantas o quizás podamos solamente modificar un gen o dos genes.

Hasta el momento, ¿cuántas variedades mejoradas de quinua tienen registrado?

En quinua se tienen 13 líneas, mientras que en otro grano valioso como la kiwicha se tiene nueve, de las cuales ya tenemos una variedad comercial y que es conocida como centenario. Pero nuestro trabajo no se detiene y permanentemente estamos buscando nuevas poblaciones de semillas de granos nativos que, por ejemplo, resistan o tengan mayor tolerancia al frío o las altitudes.

Y la demanda de la quinua no se detiene…

Ciertamente, lo cual nos obliga a estudiarla más, pues este grano fue sembrada en la sierra por miles de años en condiciones favorables, sin problemas de plagas o enfermedades. Y a lo largo de su evolución la naturaleza a sometida a la quinua a sequías, heladas y hasta suelos pobres. En conclusión, esta plata es muy resistente, pero no ha enfrentado a otras condiciones que se dan, por ejemplo, en la costa: calor excesivo o mayores plagas. Entonces, se requiere desarrollar mayores variedades que puedan tolerar estas dificultades y encontrar resistencia genética para que el agricultor deje de aplicar pesticidas para que así nuestra producción sea más orgánica.

De ahí que estos estudios prosigan...

Necesitamos más variedades de semillas de nuestros granos nativos, muchos de ellos están olvidados o marginados. Para ello se requiere mayor aporte por parte del Estado para continuar nuestras investigaciones. Existen fondos, pero no son suficientes. Nuestras autoridades tienen que saber que el método de mutaciones, y como cualquier otro método de mejoramiento, toma tiempo y se necesita recursos económicos para continuar investigando.

Esta búsqueda de nuevas variedades de semillas se extiende también en nuestra región...

Efectivamente, por lo que hoy estamos trabajando de manera conjunta con científicos de 15 países gracias al programa Acuerdo Regional para la Promoción de la Ciencia y Tecnología Nucleares en América Latina y El Caribe (Arcal). Cada investigador viene buscando desarrollar una variedad de grano nativo que en el futuro puede tener valor y potencial para atenuar los problemas de desnutrición y demanda por parte de la población en general.

Contenido sugerido

Contenido GEC